La Delegación de Jóvenes de la Archidiócesis de Madrid ultima los preparativos para el Jubileo de los Jóvenes 2025 en Roma, una cita única que llevará a miles de jóvenes a la Ciudad Eterna para vivir una experiencia de fe, comunión y crecimiento personal.
Participarán más de 3.000 jóvenes madrileños, con edades comprendidas entre los 16 y los 35 años. Para facilitar la participación, se han organizado tres modalidades de viaje:
- Plan completo, del 25 de julio al 5 de agosto, con transporte incluido.
- Plan medio, del 30 de julio al 3 de agosto, con transporte por cuenta propia.
- Plan fin de semana, del 1 al 3 de agosto, también con transporte por cuenta propia.
Las fechas centrales del Jubileo coinciden con el encuentro con el Papa León XIV en Tor Vergata, el mismo lugar que acogió a millones de jóvenes durante la JMJ Roma 2000, también en un año jubilar.
«Esta peregrinación requiere mucho trabajo logístico», explica Joeluis Cerutti, uno de los 40 voluntarios implicados en la organización. La Delegación de Jóvenes quiere que este viaje se viva como una auténtica peregrinación espiritual, en la que desempeñan un papel clave tanto los voluntarios como los responsables de grupo. Su misión: que cada joven viva una experiencia profunda de oración, encuentro y comunidad.
Los organizadores lo definen como «una aventura enriquecedora que permitirá a los participantes renovar su relación con Dios, con los demás y con toda la Creación». En palabras de Joeluis, lo que se quiere destacar por encima de todo es el sentido de diocesaneidad: «Vivir esta peregrinación juntos como Iglesia de Madrid».
La ruta diseñada para esta peregrinación llevará a los jóvenes por ciudades emblemáticas: Barcelona, Turín, Asís, Perugia y, finalmente, Roma. «También es importante participar en las jornadas previas y posteriores», recuerda Joeluis Cerruti, subrayando el valor espiritual de todo el itinerario.
Los motivos para acudir a Roma son profundos y variados: peregrinar a los sepulcros de los apóstoles Pedro y Pablo, columnas de la Iglesia; expresar la comunión eclesial; atravesar la Puerta Santa; conocer la riqueza espiritual y cultural de la Ciudad Eterna… y, por supuesto, alicientes más terrenales pero igualmente atractivos: «pizza, tiramisú, gelato…».
El objetivo de esta peregrinación es claro: favorecer un encuentro personal con Cristo y con la Iglesia, vivir la gracia del Año Jubilar, peregrinar como Iglesia diocesana unida a la Iglesia universal y fortalecer el proceso pastoral con los jóvenes, en un clima de comunión, amistad y sencillez.
El recorrido incluirá momentos muy especiales, como la celebración de la Eucaristía en la basílica de la Sagrada Familia de Barcelona, o la visita a Turín, ciudad de san Juan Bosco y del beato Pier Giorgio Frassati. En Asís, los peregrinos podrán detenerse ante la tumba de Carlo Acutis. También se recordará el legado de san Francisco y santa Clara, cuyo testimonio sigue iluminando el camino de fe de tantos jóvenes. «Ellos nos acompañarán y nos indicarán el sentido profundo de nuestra fe», afirma Cerruti.
«Después de haber vivido todas estas experiencias, que llevaremos siempre en nuestro corazón», explica, «nos uniremos al plan del Jubileo de los Jóvenes en Roma, sumándonos a la Iglesia Universal que ha peregrinado hasta la Ciudad Eterna». Un recuerdo especial también irá para aquellos jóvenes que no puedan viajar, pero que vivirán el Jubileo en sus diócesis.
Encuentro con el cardenal José Cobo
El viernes 1 de agosto, los jóvenes madrileños participarán en un encuentro muy especial con el cardenal José Cobo en la basílica de San Pablo Extramuros, uno de los cuatro grandes templos jubilares de Roma. Será un momento de comunión y envío, vivido como Iglesia de Madrid en el corazón de la Iglesia universal. Ese día, además, la Iglesia de Madrid se unirá al resto de diócesis españolas para ofrecer su testimonio con alegría, en el encuentro organizado por la CEE en la Plaza San Pedro.
El sábado 2 de agosto, tras celebrar la Eucaristía en los lugares de alojamiento, comenzará la gran peregrinación a pie hacia Tor Vergata, lugar del encuentro con el Papa León XIV. Una jornada exigente, pero llena de sentido. «No sabemos si moriremos de calor —bromea Joe—, pero seguro que resucitaremos con Cristo».
Santa Misa con el Papa León XIV
Uno de los aspectos fundamentales de esta peregrinación, como recuerda Joeluis Cerutti, es vivirla como comunidad diocesana: «Fortalecer los vínculos, conocer a personas de otras parroquias y movimientos, y crecer juntos en nuestra identidad como Iglesia de Madrid».
El momento culminante del Jubileo será el domingo 3 de agosto, cuando los jóvenes participen en la Santa Misa presidida por el Papa León XIV. Será una celebración multitudinaria, vivida con el deseo de escuchar la Palabra y de ser confirmados en la fe por el Santo Padre. «Los jóvenes estamos muy agradecidos al Papa Francisco —añade Joeluis— por haber convocado este Año Jubilar y por su cercanía constante a las nuevas generaciones».
¿Qué nos pide el Señor?
Tras la Misa con el Papa, comenzará otra etapa igualmente significativa: el regreso a Madrid. «No se trata solo de hacer paradas para descansar —explica Joeluis—. También es un momento para recordar lo vivido en Roma, para dejar que cale en el corazón, y para preguntarnos: ¿qué me pide el Señor ahora?». Porque el viaje no termina en Roma: empieza una nueva misión, la de dar testimonio de la alegría y de la esperanza allí donde cada joven viva.
Durante todo el camino, sea el de ida y la vuelta, la acogida de muchas personas y comunidades será clave. Desde Barcelona, Savona, Perugia, Pinezza, Génova o Gerona, muchas parroquias e instituciones abrirán sus puertas con gran generosidad para hacer posible esta peregrinación. La Delegación de Jóvenes expresa su profunda gratitud por tanta hospitalidad, que no solo facilita la logística, sino que es ya un testimonio vivo de fraternidad cristiana.
Antes de terminar, Joeluis lanza una petición: «Recen por los jóvenes que en estos días participarán en el Jubileo. Téngannos presentes en sus oraciones. Y que también ustedes puedan vivir, allí donde estén, un verdadero Jubileo de Jóvenes por todo lo alto».