Este miércoles, 24 de octubre, por la mañana, en el marco de la visita pastoral que monseñor Juan Antonio Martínez Camino, SJ, está realizando a la Vicaría VIII, el obispo auxiliar de Madrid estuvo en la capilla de Torre Espacio para celebrar la Eucaristía con los trabajadores y agradecerles la invitación en «uno de los pocos altares de Madrid donde solamente se celebra la Misa los días laborables».
La capilla, con una superficie de 150 metros cuadrados aproximadamente y con capacidad para 30 personas sentadas y otras tantas de pie, tiene la singularidad de alojar el sagrario más alto de España (y probablemente del mundo) sobre el nivel del suelo (no sobre el nivel del mar), pues se encuentra a 135 metros de altura sobre el paseo de la Castellana.
Allí, en la planta 33, acompañado del capellán, Manuel Sánchez, y el subdelegado de Pastoral de la Salud, Gerardo Dueñas, monseñor Martínez Camino destacó que la presencia de los trabajadores allí «es un buen signo de que queréis poner toda vuestra vida bajo la bendición de Dios y entregarla a los hermanos».
Toda una vida al servicio del amor de Dios
En su homilía, el prelado reveló a todos los fieles presentes su alegría por el detalle de «que aquí, en lo alto de esta torre que ilumina Madrid, hayáis querido tener esta capilla, el sagrario, la luz verde que indica la presencia de Dios, es un signo grande de que queréis que el sentido de esta torre sea de la vigilancia de la que nos habla el Evangelio».
En este sentido, los animó a ser conscientes de que «estamos haciendo nuestro trabajo y somos administradores de nuestra vida», pero «no somos dueños de la vida, ni de la tierra». Porque «todo es don de Dios y todo tiene el tiempo contado», por lo que «tenemos la gracia y el gran don de poder poner todo al servicio del amor de Dios y de los hermanos».
Jesús Eucaristía, las 24 horas del día
Casi nueve años después del inicio de esta importante presencia de la fe en el mundo del trabajo, que nació espontáneamente de un grupo de personas que trabaja en la torre, el prelado recalcó «la gracia» de hacer esta visita pastoral y, por ello, «quiero pedir, con vosotros y vuestras familias, esta intención: que vuestro trabajo sea para el servicio de Dios, para el amor a Dios y a los hermanos».
Para concluir, el prelado quiso poner las intenciones de todos los presentes en manos de la Virgen: «Que Ella acompañe el camino de cada uno de vosotros, de vuestras familias y del trabajo que realizáis aquí».
Un lugar especial donde Jesús Eucaristía se hace verdad las 24 horas del día, recordándole al pueblo que peregrina en Madrid –con la luz verde que anuncia su presencia en medio del trasiego de la ciudad– que no duerme ni reposa, porque verdaderamente está –y estará– con nosotros «todos los días, hasta el fin del mundo».
