En pleno centro de Madrid, en el número 14 de la calle del Nuncio, se esconde un pequeño reducto donde sobresale una de las iglesias más antiguas de Madrid: San Pedro El Viejo. Dentro, la fe se agranda y da paso a una imagen que preserva la devoción del pueblo madrileño: Jesús el Pobre.
Este primer viernes de marzo, el templo luce de una manera especial… «Yo me siento bien viniendo aquí, tanto este día como todos los del año», confiesa Francisco Ruiz, el hermano mayor de la hermandad de Jesús El Pobre desde hace 28 años, mientras observa la hilera de fieles que acuden, como cada año en un día como el de hoy, a besar el pié del Cristo. «Desde el día que tuve un accidente mortal, Él decidió dejarme aquí, y aquí lo hago todo por Él».
Una promesa que conserva latente y viva en su mirada… «Le pido salud para todo le mundo, y luchar, luchar y luchar», resume. «Ese es mi pensamiento desde hace 28 años que estoy en esta hermandad, que para mí es un orgullo».
«Con una sola mirada, te cambia la tristeza en gozo»
Anoche, a las 00:00 horas, el templo acogió la primera Misa que dio inicio a la festividad de este primer viernes de marzo. Un día «único» para madrileños como Consuelo, quien lleva acudiendo al besapié desde hace 40 años. «A mí me reconforta», y «en vez de ir al psicólogo o al psiquiatra, vengo a Jesús, hablo con él un rato y me da la vida», destaca.
A María, que ha acudido con su abuela Dolores desde Ciudad Real, le aporta alegría. Al igual que a Germán, porque «aquí todos los problemas se hacen pequeños y, con una sola mirada, te cambia la tristeza en gozo».
28 horas sin dormir por ver a Jesús
A pocos metros, un grupo que ha venido desde Valencia al besapié ya ha dejado, a los pies de Jesús, todas las promesas atesoradas durante el año. Agustina, que guarda en sus ojos el cansancio de 28 horas sin dormir, toma la palabra para confesar que «Jesús El Pobre me aporta paz y me reconforta, aunque es difícil explicarlo con palabras».
Todo lo que siente, lo cuenta con la mirada. 15 años seguidos, viniendo desde Valencia, por puro y verdadero amor. «Ha habido años que hasta se me han roto los zapatos por la lluvia que caía. Hemos pasado frío, el cansancio pesa mucho, el tiempo que tardamos en llegar… Nos tiramos entre 18 y 20 horas en carretera, ¿eh? Pero, al final, todo merece absolutamente la pena».
Una iglesia abierta para todos
La Misa solemne dará comienzo a las 20:00 horas. En esta jornada, la iglesia de San Pedro El Viejo permanecerá abierta hasta que termine la cola de devotos que acudan a rendir homenaje a Jesús El Pobre.
