«Habéis sido llamados a ser testigos; estáis llamados a contemplar y alabar la gloria y el poder del Señor y hablar de Él, y tenéis que invitar a los hombres a vivir a la luz de Cristo, en su confianza y en su amor. Esta es la gran tarea que os entrega el Señor». Con estas palabras, el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, se dirigía a Luis García-Nieto Sánchez, Alejandro Carrara Navas, José Ramón Ortega Machuca y David Rodríguez minutos antes de ordenarlos sacerdotes el pasado sábado, 4 de mayo.
En una emotiva celebración en la catedral de Santa María la Real de la Almudena, el purpurado explicitó el agradecimiento y el «júbilo» que siente la diócesis porque «cuatro hermanos nuestros van a ser ordenados presbíteros y van a hacer, en medio del pueblo cristiano y en medio de los hombres, las veces de nuestro Señor Jesucristo».
Los nuevos sacerdotes –subrayó– lo van a ser en «un tiempo en el que el eco de nuestro Señor Jesucristo, su palabra, su misterio, su presencia, en muchas ocasiones resulta molesto» porque «nos sitúa en la verdad de lo que tiene que ser el ser humano» cuando, en la cruz, entrega la vida por amor.
El cardenal Osoro los invitó a realizar «una contemplación abierta, sincera y con todas las consecuencias de nuestro Señor Jesucristo vivo, que ha resucitado» y les recordó que esto requiere cuidar la oración. «Contemplando al Señor, contemplando su Persona, vosotros no daréis ideas, entregaréis de primera mano a Cristo Resucitado con vuestra propia existencia y con vuestra propia vida», aseveró.
«La Eucaristía hace partir vuestra vida y repartirla»
Saboreando cada palabra del Evangelio del domingo en el que, tras una noche infructuosa de pesca, el Señor pide a los discípulos que echen la red de nuevo y la sacan con multitud de peces, les recordó que «sin Él no recogeréis nada y será de noche».
«Al saltar a tierra –prosiguió– ven las brasas, un pescado y encima pan, símbolos de la Eucaristía. Que la Eucaristía sea también lo que ofrezcáis al pueblo y a los hombres y no solamente en su celebración, sino en la dinámica que engendra en vuestro corazón, que os hace partir vuestra vida y repartirla para todos los hombres, sean quienes sean, porque así lo hizo el Señor».
Junto al arzobispo concelebraron los obispos auxiliares monseñor Santos Montoya y monseñor Jesús Vidal, vicarios episcopales, el rector del Seminario Conciliar, José Antonio Álvarez, y el rector del Redemptoris Mater, Eduardo Carlos Zapata, así como numerosos presbíteros.
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