«Hoy, como a Pedro, el Señor nos hace una pregunta: “¿Me amas más que estos?”». Con estas palabras, el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, comenzó la tradicional vigilia de oración para jóvenes que, cada primer viernes de mes, preside en la catedral de Santa María la Real de la Almudena.
«Por medio de aquella pregunta, el Señor quiere conquistar el corazón de Pedro y el de cada uno de nosotros». Así, subrayó el prelado, en esta «presencia real de Cristo» en el misterio de la Eucaristía, «nosotros nos dejamos preguntar por el Señor: “¿Me amas?” “¿Me quieres?”».
«Sin Él, todo es oscuro»
Tomando el Evangelio en sus manos, el arzobispo destacó la presencia de los apóstoles en la oscuridad. «Acaba la noche, pero viene rápidamente el amanecer», porque «Jesús es la luz del mundo». Y aparece en medio de los apóstoles, pues «el Resucitado es como la luz del sol al amanecer», que «disipa todas las sombras que podamos tener y nos puedan venir en la vida (que siempre nos vendrán)».
Él «es el amigo que se hace visible» y, gracias a su presencia, «aparece la luz en nuestra vida». Y volviendo a la alegoría de la oscuridad, el purpurado recordó a los jóvenes que «la noche representa la ausencia de la luz», porque «sin Él, todo es oscuro».
Y no solamente invita a vivir en su luz, sino que «nos llama a la confianza». Con la expresión «Muchachos, ¿tenéis pescado?» del Evangelio, mediante la cual se dirige a los apóstoles, los traslada el «inmenso cariño» que los tiene. Y ellos, «ante la palabra “muchachos”, ante aquel cariño del Señor, se sienten seducidos por Él y lo dejan todo para seguirle». Con la confianza y el cariño del Señor, «cambia la dirección de los discípulos».
«Jesús alimenta y sostiene nuestra vida»
Asimismo, el prelado destacó que «sin Jesús, nos encontramos vacíos y desilusionados», nos falta alguien que «alimenta y sostiene nuestra vida» y «da sentido a nuestra existencia». Porque Él «tiene confianza en nosotros, como la tuvo con los primeros discípulos», y «por eso nos dice que echemos la red». Echemos la red «en la dirección que indica Jesús», sostuvo, «a pesar de las dificultades, los cansancios, desalientos y de que sintamos una vida que parece estéril».
Finalmente, el pastor de la Iglesia madrileña los animó a vivir este mes «desde esta página del Evangelio»: desde su luz y en su confianza, «en el cariño que Dios nos tiene». Y, además, «sintámonos invitados a dar vida», y «a dar la vida para que la luz se muestre a todos los hombres», concluyó.