Madrid

Lunes, 17 junio 2019 14:20

El arzobispo a los nuevos diáconos: «Sed samaritanos y no os desentendáis de quien sufre»

OrdenacionDiaconosCatedralGrupoObispos

«Queridos Alejandro, Carlos, Carlos, Francisco, Francisco Alejandro, Francisco Javier, Jesús Manuel, Jesús, Jorge, José Ignacio, Juan, Martín, Miguel, Pablo Carlos, Antoine y Theodore, Rubén, Gabriel, José María y Jean Yves: para mí, para vuestros compañeros del Seminario y para los dos rectores del Conciliar y del Redemptoris Mater es una alegría que hoy podamos vivir, con vuestras familias, este momento». No hay mejor manera de comenzar una celebración que escuchando cómo tu pastor pronuncia tu nombre. De esta manera, nombrando a cada uno de los escogidos por el Señor para ser eternamente suyos, comenzó el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, la ordenación diaconal del pasado domingo, 16 de junio, en la catedral de Santa María la Real de la Almudena.

En la solemnidad de la Santísima Trinidad y en la estela de los apóstoles, quienes siguieron al Maestro «hasta dar sus vidas por Él», el prelado los animó a abrazar la cultura del encuentro, «y no la del aislamiento y la de desentendernos de los demás». Una vocación que invita a la comunión, la que hace posible todo crecimiento auténtico: «Dios es un despliegue de amor personal, y a esto estamos llamados todos nosotros».

OrdenacionDiaconosCatedral Osoro

«La diaconía mostró hasta dónde llega el Señor»

Tras la invitación del cardenal a «entrar en el misterio de Dios, que es comunión y que es amor», escribió sobre las miradas emocionadas de los ya diáconos el recuerdo de la Última Cena, cuando el Señor se puso a lavar los pies de sus discípulos. «La diaconía mostró hasta dónde llega el Señor. La diaconía, que él mismo siendo Dios, no tuvo menos hacerlo con los hombres. Y después de lavarles los pies, les dijo a los discípulos: “Ahora, hacedlo vosotros con todos los hombres”».

«Esta es la ordenación que vais a recibir: diáconos para situaros ante los demás sirviéndoles». Una frase, tatuada en la piel del pastor, que no dejó indiferente a ninguno de los familiares que miraban con ternura a sus hijos, hermanos, sobrinos o nietos… «Tenéis que vivir sirviendo y acercando el amor de Dios», porque «cuando sabemos dar y recibir, estamos presintiendo, de alguna manera, el misterio de la Trinidad inscrito en lo profundo de nuestro ser». Ese misterio «lo regaláis vosotros, desde esa diaconía de la comunión, del seguimiento y de la misión».

OrdenacionDiaconosCatedral1

«Dios mira el corazón»

Alguno de los nuevos ordenados no podía retener la emoción. Consciente de esa situación, el purpurado les quiso recordar lo bonito del momento. «Cuando hablamos del corazón de Dios, lo que estamos recordando es la ternura fiel y para siempre». El hombre, a veces, «se queda solo en las apariencias», pero Dios no, «Dios mira el corazón», subrayó.

Una revolución de la ternura de la que los hizo testigos. No solo de aquel día, sino in aeternum. «No es simplemente la ternura de naturaleza ética o moral», sino que «es pascual, brota el amor de ternura del mismo Jesús y de la alianza nueva que inaugura en su persona, del acontecimiento de la Muerte y Resurrección».

Retomando en sus manos la parábola del buen samaritano, les recordó que, ante cualquier situación, van a ser servidores: «Por tanto, no hagáis preguntas académicas, dad respuestas con vuestra vida y comenzad esta revolución de la ternura, sin desentendernos de nadie que veamos tirado».

OrdenacionDiaconos Vestiduras

«Servidores del amor de Dios»

«Sed samaritanos, id a donde la gente está sufriendo, acercaos y no os desentendáis de quien sufre». Una propuesta –la del amor– en la voz del pastor de la Iglesia que camina en Madrid, que los ordenados dejaron grabada en sus corazones de carne, de la mano de Jesús de Nazaret: «Y, como Él nos dijo, “Amaos los unos a los otros como yo os he amado”».

Y volviendo a pronunciar el nombre de cada uno, el prelado los miró a los ojos y los animó a amparar la promesa que el Señor, en unos instantes, los pondría sobre el altar: «Acoged este regalo, seguro que la gente que está con vosotros (amigos, familia y hermanos) están contentos porque no hay cosa más bella que dejarse organizar la vida por Jesucristo como lo va hacer ahora, ordenándoos diáconos para que seáis servidores del amor de Dios a todos los hombres».

OrdenacionDiacono1

Arzobispado de Madrid

Sede central
Bailén, 8
Tel.: 91 454 64 00
info@archidiocesis.madrid

Catedral

Bailén, 10
Tel.: 91 542 22 00
informacion@catedraldelaalmudena.es
catedraldelaalmudena.es

 

Medios

Medios de Comunicación Social

 La Pasa, 5, bajo dcha.

Tel.: 91 364 40 50

infomadrid@archimadrid.es

 

Informática

Departamento de Internet

C/ Bailén 8
webmaster@archimadrid.org

Servicio Informático
Recursos parroquiales

SEPA
Utilidad para norma SEPA

 

Search