Nieves Ruiz se emociona al nombrar a Nuestra Señora de la Consolación Coronada. No lo puede evitar. Es mucho lo que esta esposa y madre de dos hijos tiene que agradecer a la Virgen: «En María encuentro la respuesta a todo y, desde ese amor, intento –en la medida de mis posibilidades– ayudar a que los demás también encuentren en Ella la respuesta que necesitan».

El primer domingo de septiembre, este año el día 1, la ciudad de Pozuelo de Alarcón celebra la festividad litúrgica de su patrona, Nuestra Señora de la Consolación Coronada, la imagen más antigua de la localidad. La parroquia Asunción de Nuestra Señora (Iglesia, 10) acoge, a partir del jueves 22 de agosto, un amplio programa de cultos en su honor, organizado en colaboración con la Hermandad de Nuestra Señora de la Consolación.

La responsable de la junta directiva de la congregación y, a la vez, encargada de liturgia de la parroquia, nos ofrece los detalles más importantes de esta fiesta tan especial, que consigue aunar –en una misma voz y a la intemperie de un tierno abrazo de Madre– a los pozueleños y pozueleñas.

¿Qué supone para la villa de Pozuelo de Alarcón celebrar esta fiesta?

Para el pueblo es una tradición que se sigue manteniendo viva, de padres a hijos, y es un símbolo. La gente intenta venir siempre que puede a celebrar la fiesta de su Virgen y se convierte en un punto de encuentro para las familias. A medida que vamos viviendo, las familias se van disgregando por distintos motivos; y reunirse en el día de la procesión, fundamentalmente, es un punto de encuentro para las familias cristianas. He de reconocer que hay muchísima devoción en nuestra localidad a la patrona y alcaldesa.

¿Este detalle se refleja, tal vez, en la disparidad de realidades que durante la novena se hacen presentes? Porque en las intenciones se hacen presentes la parroquia, los enfermos, la paz, la familia, los jóvenes, los niños…

Así es. Queremos dedicar un espacio a cada una de estas realidades, y queremos que todo el pueblo se una en oración para pedir a favor de todos estos espacios. Por tanto, cada uno de los días la novena, dedicamos el rezo del rosario y la Misa con moniciones y preces especiales y específicas a esas realidades que participan activamente en la parroquia.

Una iglesia, sin duda, abierta a todos.

Exacto, queremos que todos aquí tengan su lugar. El día de los jóvenes, por ejemplo, toda la liturgia va organizada por ellos. Al igual que el día de los niños, donde ellos leen, hacen las preces, rezan el rosario, etc. Como también hacemos con los enfermos que tenemos en la parroquia, haciéndolos partícipes de algo tan importante para ellos. En definitiva, intentamos que todo el que quiera participe y que todas las realidades se encuentren aquí reflejadas.

Y desde el punto de vista más personal, ¿qué significado tiene para usted estar y vivir tan de cerca esta celebración dedicada a Nuestra Señora de la Consolación Coronada?

A nivel personal, es intentar devolver el amor que yo recibo de María, y dedicar mi tiempo y mi esfuerzo a que las personas que participan puedan disfrutar de este compartir. Y, sobre todo, devolver a la Virgen y al Señor todo el amor y los favores que ellos nos dan. Es una manera de agradecerles lo que yo siento que mi Dios y mi Virgen, que me acompañan siempre, hacen por mí.

Todos los esfuerzos, el tiempo invertido y las horas gastadas (que son muchas), ¿merecen la pena?

Claro que merecen la pena. Todo merece la pena. La gran satisfacción es que, cada año, tenemos nuevos congregantes…

De hecho, la imposición de medallas a los nuevos congregantes se realizará durante la Eucaristía del viernes 30. Un detalle que, en la congregación, se vive con muchísima expectación.

Así es. Los últimos años tenemos más de 30 congregantes nuevos cada año. Y muchos de ellos tienen entre 1 y 2 años, incluso algunos recién nacidos… Es una satisfacción inmensa el ver que nuestro trabajo y nuestro esfuerzo de divulgar nuestra fe llegan a la gente, y que quieren formar parte de nuestra congregación, que es una parte importante de nuestra parroquia y de la Iglesia.

¿Cómo puede la Virgen, en la advocación de Nuestra Señora de la Consolación Coronada, ayudar a esas personas que hoy en día más lo necesitan?

Lo que a mí me llega, como madre que soy, es el amor de Madre. Yo encuentro el amor de madre en la Virgen, que me ayuda y me da lo que yo necesito, no lo que yo quiero. Y en María encuentro esa respuesta. Y, desde ese amor, intento –en la medida de mis posibilidades– ayudar a que los demás también encuentren en Ella la respuesta que necesitan.

¿De qué manera animaría a la gente a participar en esta celebración?

El hecho de preparar durante estos días la fiesta, es como el aperitivo de lo que va a venir, con la Misa mayor y la procesión. Ver salir a la Señora por las calles de nuestro pueblo, que nos ha visto nacer y crecer, y pedirle que el año que viene podamos volver a verla allí, es muy emocionante. Es, realmente, una fiesta muy especial y una devoción grandísima para el pueblo de Pozuelo de Alarcón.