La solemnidad de san José ha sido especial en la diócesis de Madrid. Un día para hacer memoria del santo de la fe que el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, quiso recordar también como el santo del abandono. Así lo hizo en su homilía de este jueves, 19 de marzo, durante la Eucaristía retransmitida, como todos los días, a través del canal de YouTube del Arzobispado.
«La figura de san José para todos nosotros es importante», explicó el purpurado, que lo definió como «una persona excepcional, un hombre de fe que creyó y vivió de la gracia del Señor. Asumió depender absolutamente toda su vida de Dios». Destacó que «la situación en la que se encuentra José es una situación de desconcierto, de desorientación y de dudas, porque antes de vivir juntos María esperaba un hijo», y en esta situación difícil es cuando el ángel, «que representa la proximidad de Dios en nuestras vidas», le dice: «No tengas reparo».
El arzobispo incidió en que «estas palabras del ángel a José están dirigidas también a cada uno de nosotros: "No tengáis miedo". Abríos a la vida que Dios nos ofrece. Quizás nosotros necesitamos también como José un sueño para aceptar el designio de Dios sobre nuestra vida que echa por tierra todos nuestros proyectos, todas nuestras rigideces, todas nuestras previsiones. Necesitamos tomar conciencia de que la vida viene de otro lugar. Sólo en Dios podemos encontrar la vida y la paz del corazón».
En definitiva, de san José, como subrayó el cardenal Osoro, «podemos aprender mucho: a aceptar el designio de Dios en nuestra vida, no poner obstáculos, estar a su servicios, saber caminar aun en el desconcierto, como el que estamos viviendo ahora, no juzgar, no herir a las personas, acoger el misterio aunque nos sobrepase, confiar en este Dios que se ha encarnado, que está cerca de nosotros, y gozar de esta salvación que nos ofrece. José se fio de Dios. ¿Os fiais de Dios? ¿Acogéis a Dios en vuestra vida?».
El Dios al que acogió san José «sigue llamando a muchos jóvenes al ministerio sacerdotal –detalló el también vicepresidente de la CEE, puesto que san José es patrono de los seminaristas–». «Quisiera tener muy presente a nuestros seminarios, a sus rectores y formadores, a los padres espirituales, pero también a todos los capellanes de nuestras residencias y de nuestros hospitales que en estos momentos, también como san José, con una fe absoluta en el Señor, están dando todo lo que son, todo lo que tienen, para acompañar a la gente. Gracias de corazón por vuestra presencia», concluyó.