El pasaje del Evangelio de la mujer adúltera a la que Jesús perdona llevó a al obispo auxiliar de Madrid monseñor José Cobo a afirmar en su homilía, en la Eucaristía retransmitida a través de YouTube desde la catedral, que «todos llevamos piedras en los bolsillos, todos sabemos tirar piedras». Incluso ahora, en esta situación que vivimos, «tiramos piedras desde los balcones, en las conversaciones». En tiempo de pandemia, «la tentación es seguir condenando, no mirar a las personas» y olvidar aquello que aseguró el Papa Francisco el viernes pasado desde la plaza de San Pedro de «que estamos en la misma barca, que solo nos salvamos juntos y que somos responsables unos de otros».
«Hoy Jesús nos pregunta: “Tú, ¿de qué lado estás?” –continuó monseñor Cobo–, en la forma de afrontar esta situación difícil, en la forma de contemplar a los que no piensan como tú». Y haciendo referencia a Susana, la mujer fuerte del Antiguo Testamento que por fidelidad a Dios «afronta una condena injusta y calumniosa», recordó a tantos hombres y mujeres «presas de los intereses de otro, que son señalados porque no son como nosotros queremos que sean. Muchas veces podemos poner la ideología, los intereses económicos o políticos o incluso una religión mal entendida, por encima, para condenar a personas, para denigrarlas y para quitarles lo fundamental».
Pero «cuando nos ponemos del lado de Dios, todo cambia. Dios nos enseña a mirar de otra forma. Así nos lo enseña Jesús en el Evangelio». La adúltera era evidentemente culpable pero ante ella, «Jesús toma partido. Trabaja y actúa para dar vida». Jesús, que se sitúa en el centro, toca el polvo, toca tierra, y desde ahí «increpa a los acusadores, porque a veces se nos olvida que todos estamos hechos de la misma pasta. Jesús, lo primero que hace hoy, es mirar el barro que nos hace a todos iguales. Y después mira desde abajo. Nos enseña dónde mirar. Nos está preparando para ese Jueves Santo donde se va a poner de rodillas delante de cada uno de nosotros y nos va a enseñar a mirar la vida desde abajo, no desde el que tiene la razón, no desde el que acusa, sino desde el que, tocando barro, mira. Porque esa es la postura de la misericordia», explicó el prelado.
El obispo auxiliar puso de manifiesto que «Jesús, de rodillas, le da la dignidad a esa mujer. Ella puede salir de su pecado y caminar de forma nueva. Esta mujer nos representa a cada uno de nosotros» y señaló que «hoy podemos aprender que nos necesitamos unos a otros, en medio de la tormenta». «Nuestro mundo necesita más a Cristo y menos piedras. Nuestro mundo te necesita a ti», concluyó.