Madrid

Miércoles, 15 abril 2020 09:48

Monseñor Montoya: «Ayudemos a otras personas a vivir su duelo»

El sepulcro vacío con el que se encontró María Magdalena en la mañana de Resurrección fue punto de partida para el obispo auxiliar monseñor Santos Montoya en su homilía del martes de la octava de Pascua para poner de manifiesto que esta Palabra se hace viva en nuestros días de pandemia en tantas personas que lloran a sus muertos sin poder si quiera ir a sus sepulcros: «El no poder tener el cuerpo de las personas a las que queremos se convierte en un dolor adicional». A este dolor, explicó monseñor Montoya, se le suma el de la «falta a la verdad» con las cifras reales de fallecidos.

El Evangelio proclamado durante la Eucaristía, retransmitida por YouTube, mostraba el llanto de la Magdalena: «María llora, como tantas personas en este momento –señaló el prelado–. Mostremos el dolor. A veces lo queremos esconder, parece como si todo fuera la necesidad de aplausos y de ocultar una realidad que está presente. Nosotros hemos de poner altavoz a las personas que sufren y cuyos difuntos no son solo una estadística. No nos acostumbremos a estadísticas, que además son estadísticas cercenadas».

Monseñor Santos Montoya indicó que este llanto implica una necesidad de duelo, y animó a que «ayudemos a otras personas a vivir su duelo. Permitamos que la gente exprese su forma de vivir el dolor». Asimismo, recordó el teléfono que la archidiócesis ha habilitado para todos aquellos que necesitan ser acompañados en este tiempo y en este duelo.

Encuentro sorprendente y estusiasmante

Entre María Magdalena y Jesús hay un encuentro «sorprendente y entusiasmante», y la esperanza de todo hombre es que «ese encuentro se va a producir» también en su vida. Jesús se nos presenta vivo «para decirnos que nuestra vida está orientada y tiene un destino definitivo en Él». Por eso se puede decir, «en toda circunstancia», Feliz Pascua, aunque suene «incluso inaceptable en algunas personas que están viviendo especialmente estos momentos de dolor». Porque «Pascua indica desenlace feliz, lo que hemos perdido se nos devuelve».

Incidiendo en esta idea, el obispo auxiliar explicó que «si diéramos con una vacuna para la COVID-19, todo el mundo se alegraría. Lo que nosotros estamos diciendo es que hay una vacuna que es ofrecida a todos: la certeza de la Resurrección. Por eso podemos decir “Feliz Pascua” aunque se llore por dentro. No nos carguemos el antídoto, la vacuna que puede calmar el dolor. Nos volveremos a encontrar con la persona que desgraciadamente hemos perdido. Esta es nuestra esperanza».

Arzobispado de Madrid

Sede central
Bailén, 8
Tel.: 91 454 64 00
info@archidiocesis.madrid

Catedral

Bailén, 10
Tel.: 91 542 22 00
informacion@catedraldelaalmudena.es
catedraldelaalmudena.es

 

Medios

Medios de Comunicación Social

 La Pasa, 5, bajo dcha.

Tel.: 91 364 40 50

infomadrid@archimadrid.es

 

Informática

Departamento de Internet

C/ Bailén 8
webmaster@archimadrid.org

Servicio Informático
Recursos parroquiales

SEPA
Utilidad para norma SEPA

 

Search