El obispo auxiliar monseñor Santos Montoya, haciendo referencia a la expresión de Jesús en el Evangelio del miércoles de la III semana de Pascua, «te doy gracias, Padre», explicó que «da gracias la persona que ha entendido la dinámica del don, que se siente asistida, ayudada, que entiende que no brota todo de sus propios recursos, de sus propias fuerzas, sino que se le ha concedido gratuitamente algo». Y quizá, reflexionó en la Eucaristía retransmitida por YouTube, llame la atención que sea el propio Jesús el que da las gracias, cuando el Padre y Él son la «misma realidad»; pero «ciertamente Jesús ha venido a dar testimonio de esa gratuidad».
Jesucristo presenta dos tipos de personas, los que él califica como sabios y entendidos, que están encerrados en que «todo es alcanzado por ellos mismos, no están abiertos a la novedad», y los sencillos, que son «aquellos que se saben necesitados, quieren ser ayudados». Y Jesús se califica a sí mismo como manso y humilde de corazón, «el que se deja llevar por el Espíritu de Dios, por la verdad de la que Él ha venido a dar testimonio; y nos dice que ahí es donde nosotros vamos a encontrar descanso».
El motor es Cristo
Sobre la referencia al yugo en el Evangelio, «mi yugo es llevadero y mi carga ligera», monseñor Montoya señaló que es Jesús quien se coloca en uno de los arcos del yugo «para situarnos a nosotros en el otro lugar», y con ello quiere decir que «lo vais a poder llevar, mi mentalidad, mi forma de ver las cosas, mi ley, la ley del amor, el cómo encajamos las realidades de la vida», porque Él es el que sostiene al hombre, a pesar de las debilidades.
«Cuántas personas están viviendo cargas tremendas –recordó–, y sin embargo el Señor las califica de “ligeras”, no porque se minusvalore el tamaño de la carga sino porque se está poniendo la confianza en quien va a hacer las veces de motor», que es lo que arrastra la carga. «Si nosotros hacemos el camino con Jesús, que se nos ofrece gratuitamente, nuestras cargas van a ser llevaderas» y aunque nos resulte difícil el trayecto, «con el Señor sabemos bien a dónde vamos».
El obispo auxiliar terminó su homilía haciendo referencia a santa Catalina de Siena, patrona de Europa y doctora de la Iglesia y a quien se celebraba este 29 de abril, y a la tarea que llevó a cabo por encargo del Señor: «Dedícate constantemente a dar testimonio de mi verdad». Una verdad de que el mundo hoy está muy necesitado, concluyó el prelado.