«La vida cristiana consiste en un discipulado», comenzó diciendo el obispo auxiliar de Madrid monseñor Jesús Vidal el jueves de la III semana de Pascua, durante la Eucaristía retransmitida por YouTube desde la catedral. Y añadió: «Es habernos encontrado con Jesucristo resucitado, y haber encontrado en Él un amor que atrae nuestro corazón y que nos pone a seguirle».
Monseñor Vidal recordó que los cristianos «no hemos llegado a Cristo por una decisión personal», sino que ha habido antes una «atracción» a Jesucristo. Es la historia del eunuco y su encuentro con Felipe, «que le presenta a Jesucristo», y la atracción es tal que pide el bautismo inmediatamente.
El prelado destacó la importancia de escuchar y aprender del Padre «para recibir la vida eterna». «Es el Espíritu Santo el que nos va formando en Cristo», aseguró, y matizó que el aprendizaje no es puramente intelectual sino «de formar la persona, conformar la persona con Cristo». La fe, en palabras del obispo auxiliar, es por tanto «la aceptación y la acogida de esa atracción» despertada a través de signos concretos y pequeños, como el testimonio de personas que nos rodean o incluso algo de carácter religioso que se haya visto por televisión.
Acoger esta atracción lleva al seguimiento a Jesucristo, y esto va configurando la vida: «Necesitamos que se vaya creando la conciencia cristiana para no vivir un cristianismo solo en las formas: voy a Misa, hago oración, recibo sacramentos, como actos externos pero que no conforman en mí el corazón de Cristo», concluyó monseñor Jesús Vidal.