El obispo auxiliar monseñor Jesús Vidal afirmó durante la Misa de vísperas del domingo de la VI semana de Pascua, retransmitida por YouTube, que al igual que la ciudad de Samaria se llenó de alegría por la predicación que Felipe hacía de Cristo en ella, así «también nosotros necesitamos que la ciudad se llene de alegría, de la única alegría verdadera que es la que viene de la conversión del corazón al Señor».
La evangelización para Felipe no está exenta de dificultades, como señaló, «todo parecía desesperanzador» para él, pero es en esas circunstancias cuando «el anuncio del Evangelio tiene una mayor fuerza». «La luz brilla con más fuerza en medio de la oscuridad», apuntó, y en este momento de pandemia es importante esta Palabra porque en ella hay «una llamada a no dejarnos invadir por el miedo, por la tristeza, por la desesperanza, porque esta sería la victoria del enemigo, sería negar la fuerza de la Resurrección del Señor».
La confianza, por tanto, se ofrece como alternativa a la desesperanza: «Es en estas ocasiones más oscuras donde el anuncio del Evangelio se hace más eficaz». Pero la fuerza del testimonio de Felipe, explicó el prelado radica en el Espíritu Santo: «No basta con que las palabras de Jesús sean acogidas interiormente», es necesario que el Espíritu Santo habite en el hombre, «el Espíritu tiene que sellar la esperanza que se ha despertado».
Las palabras de Jesús, «nos os dejaré huérfanos», cobran hoy una fuerza especial, «tan necesitados como estamos de experimentar la Providencia de Dios; hoy que tantos sienten tristeza, soledad, dejemos que estas palabras se repitan en nuestro corazón». Y acogiendo estas palabras, indicó monseñor Jesús Vidal, «aunque las circunstancias no nos favorezcan […], nuestro corazón se llenará de alegría y con la fuerza del Espíritu Santo se moverá una fuerza de solidaridad que nos ayudará en la ciudad, en el barrio, en el vecindario, en la familia, a ser testigos de alegría, a ser testigos de esperanza».