Madrid

Viernes, 29 mayo 2020 08:51

El consiliario de la Hospitalidad de Lourdes pide no lamentarse por no poder ir al santuario, sino plantearse «qué me está pidiendo el Señor»

El consiliario de la Hospitalidad de Lourdes pide no lamentarse por no poder ir al santuario, sino plantearse «qué me está pidiendo el Señor»

Si todo hubiera sido como otros años, a estas alturas la Hospitalidad de Nuestra Señora de Lourdes de Madrid estaría en el santuario mariano haciendo su peregrinación anual en la que hospitalarios y enfermos viven un encuentro con Cristo por medio de María, un camino de penitencia y un sentido de fraternidad y acompañamiento. Pero este 2020 todo es diferente y ante las circunstancias tan extraordinarias se está realizando una peregrinación virtual. «Las peregrinaciones a Lourdes empiezan en el Sagrario –explica Guillermo Cruz, el consiliario de la hospitalidad– pero aunque ahora no podamos, la presencia de Dios está en casa».

Tras unos momentos de desconcierto a mediados del confinamiento en los que se decidió suspender la peregrinación física, cuando además empezó a haber casos de peregrinos contagiados e incluso el fallecimiento de algunos, y aunque habían dado por cerrado el tema, «pasada la Semana Santa pensamos que si siempre hemos dicho que Lourdes ha sido el lugar donde hemos aprendido a vivir la enfermedad, por qué no aprovechábamos los días que teníamos pensado hacer la peregrinación para intentar revivir los pasos que hacemos durante ella».

Porque se pueden hacer no los pasos físicos (viajar al santuario, estar en la gruta, participar de la procesión de las antorchas, pasar por las piscinas...), pero sí los interiores «de acercarnos a la oración, a la misericordia de Dios por medio de la Virgen y a la experiencia de Iglesia». Y aunque haya que luchar contra la nostalgia de no poder ir, un sentimiento que el consiliario sitúa como el primero al que combatir en esta nueva realidad, lo cierto es que tanto enfermos y personas con discapacidad como hospitalarios lo están viviendo como lo que son: enfermos, personas con discapacidad y hospitalarios entregados y confiados.

Los primeros, con pena porque son días «muy intensos de Dios», es quizá el único viaje que pueden hacer al año porque está todo pensado y adaptado para ellos y además es cuando descansan, ellos y sus familiares. Ante la contrariedad de no poder ir físicamente a Lourdes, se les invita a asumir la pérdida: «Este año hay que aprender a vivir con esta pérdida, de cosas que han sido muy buenas en nuestra vida y que ahora de pronto hay que perderlas».

Saben bien, en cualquier caso, lo que es vivir abandonados a la voluntad de Dios. Siempre se ponen «por medio de María» ante Jesús. El consiliario, que asegura que esta es su enseñanza vital, explica la manera que tienen de afrontarlo: «No comprendo, pero mi lugar está al pie de la cruz». Y añade como reflexión: «No es fácil entender que tu vida tenga que estar en una silla de ruedas o que vaya a terminar relativamente pronto».

Hospitalarios desde Madrid

La invitación para los hospitalarios es que sigan siéndolo desde Madrid. Lo cierto es que durante la pandemia no han dejado de acompañar. El padre Guillermo cuenta que, cuando celebraba las Eucaristías, invitaba a ofrecerlas por los enfermos y se daba cuenta de «que estaban muy enterados unos de las vidas de los otros». Y ahora que el distanciamiento físico se ha mitigado un poco, hay algunos que van a verlos y aprovechan para llevarles un cuadernillo que han preparado para seguir estos momentos de encuentro y oración en comunidad.

No se trata de lamentarse porque «no podemos hacer ahora esto» sino de preguntarse «ahora qué podemos hacer, qué me está pidiendo el Señor», indica el consiliario, al que se puede seguir en unos vídeos subidos al canal de YouTube de la hospitalidad en los que diseña el recorrido interior de la peregrinación espiritual.

En ellos recuerda, entre otras cosas, cómo el 11 de febrero de 1858, la Virgen María se apareció por primera vez a la niña de 14 años Bernadette Soubirous en Lourdes (Francia), y se mostró a ella en 17 ocasiones más haciendo un recorrido vital que empezó por el silencio –en las primeras apariciones disfrutaban de estar juntas, sin hablar–, siguió con la petición expresa de la Virgen María de penitencia y terminó con su revelación como la Inmaculada Concepción y su indicación de construir una capilla, es decir, edificar Iglesia, concluye Cruz.

Celebraciones especiales

Además de animar a usar los materiales que están subiendo a su página web estos días, desde la Hospitalidad de Nuestra Señor de Lourdes proponen sumarse a tres momentos de oración especiales online:

  • Sábado 30 de mayo a las 20:00 horas - Rosario de los sanitarios desde el oratorio de la Hospitalidad de Nuestra Señora de Lourdes de Madrid. Podrá seguirse por su canal de YouTube.
  • Domingo 31 de mayo a las 18:00 horas - Eucaristía desde el oratorio de la Hospitalidad de Nuestra Señora de Lourdes de Madrid. Podrá seguirse por su canal de YouTube.

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