Durante este año litúrgico los domingos la comunidad escuchará básicamente el evangelio de San Lucas. Parece que era médico de profesión y fue compañero de viaje de San Pablo en varias ocasiones. De sus escritos se desprende que poseía una buena cultura helénica. Aunque se sirve de fuentes anteriores, sobre todo de Marcos, transmite gran originalidad y de él nos han llegado bastantes páginas propias, como los relatos de la infancia de Jesús, las parábolas del buen samaritano y del hijo pródigo, milagros como la curación del siervo del centurión o de los diez leprosos, o la aparición a los discípulos de Emaús.
Algunas de las características de San Lucas son:
- Lucas entiende la historia de la salvación en tres tiempos: el Antiguo Testamento, el tiempo de Jesús y el tiempo de la Iglesia, que continúa la misión de Jesús hasta el final de los siglos.
- En esta historia el protagonista invisible, según San Lucas, es el Espíritu Santo, que guía a Jesús desde su encarnación hasta su resurrección, pasando por el bautismo en el Jordán. Llena de su gracia a la Virgen María y la hace madre del Mesías. Inspira a Zacarías el himno Benedictus, a Isabel sus alabanzas y a Simeón sus palabras proféticas. También guía a la Iglesia, desde el día de Pentecostés, en su misión evangelizadora.
- Se trata de un evangelio con marcado acento universalista. Insiste en que la salvación es para todos, con referencias concretas a los romanos o a los samaritanos. El evangelio, de hecho, termina con el mandato misionero.
- Estamos ante el evangelio de la misericordia, relacionando fuertemente el perdón con la alegría de la vuelta del pecador. Jesús se acerca a los pobres y marginados, acogiéndolos: el paralítico, la mujer pecadora, el hijo pródigo, Zaqueo, el buen ladrón. Los últimos en la sociedad son los más atendidos por el Señor.
- La vida cristiana consiste, para Lucas, en el seguimiento de Jesús, adoptando imágenes tan típicas como el camino, la vigilancia, la oración, el buen uso de las riquezas o la alegría. En este sentido María aparece como el paradigma de discípulo y seguidor de Cristo.