Durante la tradicional cena de la Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre de la Salud y María Santísima de las Angustias (Los Gitanos), se hizo entrega de la XIV mención Manos Morenas 2024 al matrimonio formado por Antonio Contreras Morillo y Esperanza Angulo Zambruno.
«Este año rendimos homenaje a dos pilares fundamentales de nuestra Hermandad». A dos almas valientes, que se unieron en 1996 a una bendita locura: la de fundar la Hermandad de los Gitanos en Madrid. Sus nombres están ligados a nuestros orígenes, «aquella semilla de fe y devoción que se sembró entre las casas de las hermandades del Rocío de Pozuelo y de Madrid, y que hoy florece con vigor y fuerza», recuerda el Hermano Mayor, Ricardo Moreno.
«Vosotros sois el futuro»
El currículum cofrade de Antonio, más conocido como Nono, es muy extenso, y sus experiencias en las distintas hermandades sevillanas y madrileñas han enriquecido «nuestra cofradía». Es hermano de la Hermandad de los Gitanos de Sevilla y de Madrid, de la de Jesús Despojado y del Silencio de Sevilla. Desde el principio, «he disfrutado en primera línea de todos los acontecimientos relevantes de mi hermandad», como son, entre otros, la misa fundacional, la bendición del Señor de la Salud y Nuestra Madre de las Angustias, en la primera salida en el año 2000 fue Diputado Mayor de Gobierno, así como pregonero y hermano mayor (2004-2008).
También recuerda que esta mención puede parecer «un reconocimiento a toda mi trayectoria de la Hermandad» pero Antonio asegura que para él es diferente porque este galardón «ha inundado mi corazón de una enorme alegría». En primer lugar, porque se la otorga su Hermandad «por la que siento un amor y un respeto incalculable» y segundo porque el término Manos Morenas lo acuñó en 1997 en un artículo del Boletín de Cuaresma que escribió para la pastoral de la parroquia de San Jerónimo el Real. Además, el reciente galardonado manda un mensaje de agradecimiento a los más de 700 hermanos que hoy conforman la Hermandad: «Vosotros sois el futuro y sin vosotros nuestro principio no tiene ningún valor».
Recordando los inicios, Antonio afirma que quién iba a pensar que aquel 13 de diciembre de 1995, en la Casa Hermandad de la Virgen del Rocío, y casi 30 años después, «mi hermandad de los Gitanos es una realidad en la ciudad más hospitalaria del mundo. Gracias Madrid por estos 40 años que he pasado contigo y por permitirme hacer realidad todos mis sueños».
Un sueño hecho realidad
Esperanza es hermana de los Gitanos de Madrid y de Sevilla, y de la Macarena de Sevilla. Al igual que Antonio, son hermanos de honor de Jesús el Pobre de Madrid. Ella también está muy emocionada por este reconocimiento, y lo ha hecho extensivo a todos aquellos «valientes y audaces hermanos» que tuvieron un sueño que se hizo realidad y que ahora están disfrutando todos: «traer a Madrid la devoción de Nuestro Señor de la Salud y de Nuestra Madre de las Angustias».
También recuerda el trayecto que han recorrido porque ha sido «largo, con mucho trabajo, ilusión, con bonitas experiencias de hermandad, convivencias de fe», pero también sorteando «dificultades y con sufrimiento, porque todo lo que vale la pena, cuesta». En este sentido puntualiza que «hemos acertado muchas veces, aunque otras hemos cometido errores», pero «aquí estamos», porque como dice «un buen amigo mío, las cosas de Dios las mantiene Él a pesar de nuestros fallos y debilidades».
«Acercar a los hermanos, más a Dios»
«El Señor de la Salud y Nuestra Madre han querido estar en Madrid junto a nosotros, llenándonos de salvación y aliviando nuestras angustias», por ello, «me alegra mucho haber participado junto a un grupo de hermanos en la fundación de nuestra Hermandad, además de haber colaborado como diputada de culto durante dos períodos de tiempo preparando nuestras celebraciones religiosas para intentar acercar a los hermanos, más a Dios».
Por último, con mucha alegría, Esperanza afirma: «nos habéis entregado las manos morenas, las del Señor, esas manos que acogen, alivian, sostienen, acarician, abrazan, y ahora nos toca a nosotros llevarlas a nuestros hermanos sobre todo a los más necesitados».
Ambos habéis sido pioneros, constructores de un proyecto ilusionante que hoy es una realidad. «Vuestra visión y esfuerzo han hecho posible que nuestra Hermandad sea lo que es hoy: un referente de la Semana Santa madrileña, un lugar donde la fe y la tradición se unen en una misma expresión», recordaba Ricardo Moreno en la entrega de la mención Manos Morenas.
«Esperanza y Antonio, vuestros nombres resuenan con fuerza en el mundo cofrade de Sevilla y Madrid. Vuestra trayectoria es un ejemplo de entrega y pasión por nuestras tradiciones».