La parroquia de Santiago y San Juan Bautista (Santiago, 24) recibirá los días 26 y 28 de enero la visita pastoral de monseñor Jesús Vidal, obispo auxiliar de Madrid.

Antonio Crespo, seglar perteneciente a una de las comunidades del Camino Neocatecumenal, manifiesta que «es maravillo que venga el obispo. Una alegría. Me emociona que el obispo venga. He sentido un poco la presencia de la Iglesia universal a través del obispo. Muchas veces, cuando vivimos nuestra fe y nuestros hábitos en la parroquia, nos ceñimos a lo que conocemos. Y la presencia de un obispo es contactar y sentir la presencia realmente de la Iglesia, jerárquica, como padre, como pastor. Escuchar al obispo también es escuchar a la propia Iglesia. Es sentirnos parte de esta iglesia: de la iglesia concreta de la parroquia, de la iglesia de Madrid y de la iglesia universal».

Carlos Cano, párroco del templo, recuerda que la última visita pastoral tuvo lugar en el año 2012. Y ante la que comienza este vienes, afirma categórico: «Que el obispo venga a casa siempre es bueno, porque escuchar la voz del pastor también es una alegría… Oír lo que el pastor quiere de nosotros y cuáles son sus enseñanzas, lo que nos guíe».

La preparación de la misma comenzó con una convocatoria del consejo de pastoral. A continuación, elaboraron un material «con unas preguntas y un par de textos reflexivos», para que lo trabajara cada grupo parroquial. «Las conclusiones se las enviamos al obispo para que antes de venir tenga el conocimiento y el sentir de la parroquia… Lo que la feligresía ansía, lo que busca, lo que esperan. Y cómo es la forma de vivir nuestra fe», explica Cano, quien confiesa con humor que estos días previos se están viviendo con tensión. «Es una buena oportunidad para hacer limpieza, para ordenar, para poner orden». Pero, insiste, «siempre es una alegría que venga el obispo a casa», aunque reconoce que, «los obispos viven en el barrio, los vemos por la calle, te puedes cruzar con uno de ellos paseando… », lo que supone que «la cercanía territorial se convierte también en una cercanía humana y afectiva con el obispo».

Parroquia con mucha vida

El párroco de Santiago y San Juan Bautista asegura que monseñor Vidal se va a encontrar una sorpresa en la parroquia. «Aunque no tiene muchos fieles censados en el territorio, porque son poco más de 3000 personas, sin embargo, la parroquia tiene mucha vida, porque muchas personas que no viven en el barrio sí viven la fe en la parroquia».

En este sentido, Crespo apunta que «tenemos una vinculación por los padres, que viven aquí. Los hijos, cuando se han casado, han tenido que marcharse al extrarradio, porque vivir en el centro de la ciudad es muy difícil por los precios, ya que es todo turístico o ocupada por negocios y empresas. Pero la gente que se ha marchado mantiene el vínculo afectivo con la parroquia. Y retornan para vivir en ella la fe. Muchos de los que viven la fe en la parroquia han sido bautizados en ella, además se han casado y han bautizado también a sus hijos».

Por su parte, Cano añade que monseñor Vidal «se va a encontrar un pueblo que, a pesar de que no reside físicamente en el territorio, sí viven en la parroquia la fe. Y transmiten la fe en la parroquia: de padres a hijos, en diferentes generaciones».

Otras sorpresas que esperan al obispo en su recorrido son «el resurgir de una cofradía, que estaba apagada. O el tema de los jóvenes y de los niños, porque somos la única parroquia del centro en la que hay catequesis de niños. También hay grupos de Confirmación y de post Confirmación. En verano hacemos un campamento en el que todos los años nos llevamos a 90 niños, y otro al que van unos 40 jóvenes».

«Todos los años organizamos la Javierada con los jóvenes, también», aporta Crespo. «Se apunta gente de la parroquia y gente de fuera, porque los chicos que vienen traen amigos. Signo de que se lo pasan bien, invitan a sus amigos». «Este año, precisa Cano, estaremos en torno a los 90. Vamos en las mismas fechas que la diócesis, pero por nuestra cuenta, porque somos un grupo muy grande».

Parroquia como punto de referencia

Ante la llegada del obispo a la parroquia, Crespo señala: «le agradezco que venga. Y que esté. Le pedimos su palabra, su enseñanza y su presencia. El solo hecho de que esté ya es un valor. La presencia del obispo. Y es que, muchas veces, los seglares los sentimos lejanos…. Y el hecho de que se pare a interesarse por nosotros, a preguntar quiénes somos y qué hacemos, me parece que es muy de agradecer».

Una parroquia que, como indica el párroco, «queremos que sea un lugar donde se pueda vivir la fe, y transmitirla a todo el mundo. La idea es que la parroquia sea una luz en medio de este barrio. Y creo que lo conseguimos. El objetivo que tenemos como parroquia es llevar la fe a todo el mundo». «Punto de encuentro de mucha gente», precisa Crespo, «y una referencia».

Cano reconoce que mucha gente «tiene a la parroquia como referencia en su vida». Por ejemplo, a la hora de quedar. «Es algo muy bonito ver los sábados por la tarde la plaza llena de niños y de familias. La gente del barrio se sorprende ante tanta vida. Es un espectáculo. O como cuando nos vamos de campamento, y de repente todo se llena de niños con mochilas. El colorido del barrio cambia en un momento, y la gente se sorprende y se alegra».

Una vida muy intensa que se sigue desarrollando, como dice Crespo, «a pesar de que no es fácil acceder a la parroquia. Cada vez nos lo ponen más difícil a los que venimos de fuera con regularidad. Y más cuando te trasladas con niños».

Camino de Santiago

«La parroquia es punto de referencia en el Camino de Santiago», cita Cano, señalando que en 2023 pasaron por ella unos 14.000 peregrinos. «Los extranjeros vienen directos desde Barajas a recoger la credencial, y desde aquí se trasladan al lugar donde van a comenzar la peregrinación».

A raíz de esta realidad, «se creó hace ya años un encuentro de peregrinos que tiene una periodicidad mensual». Así, todos los segundos domingos de mes, excepto en agosto, a las 19:00 horas, se reúnen «peregrinos que vienen a contar su experiencia». Crespo confirma que en ellos participa incluso gente que no es de iglesia. «Cuando Dios ha tocado tu corazón en el Camino de Santiago, qué haces después. Te vas a tu casa, y qué haces con lo que has recibido. Se nos ocurrió la idea de poder recoger ese fruto, y vincularlos a la parroquia, si quieren», relata Cano. «Hay gente que retoma el contacto con la iglesia gracias a esto y al Camino de Santiago», insiste Crespo. «De hecho, añade Cano, se cree que el peregrino es un chico joven. Y no es verdad. En su mayor parte, el perfil del peregrino es el de una persona de unos 40 años que viene con alguna crisis vital o con algún interrogante en su historia… Una persona que inicia el Camino así, y se encuentra con el Señor… ¿qué haces con esta experiencia? Pues vente». Y, «poco a poco, se van integrando más en la vida parroquial, asistiendo a las Misas, o incluso recibiendo el bautismo».

Realidad parroquial

La parroquia de Santiago y San Juan Bautista cuenta en estos momentos con la Cofradía del Apóstol Santiago, la Congregación de Nuestra Señora de la Fuencisla y la de San Julián, además de una numerosa presencia de comunidades del Camino Neocatecumenal.

En el aspecto social, «atendemos cada semana a 88 personas, con entrega de alimentos, porque nuestro barrio tiene una zona, hacia Santo Domingo, que es más precaria. Con habitaciones que parecen colmenas, alquiladas a inmigrantes», cuenta Cano.

Además, enumera Crespo, está la acogida de Cáritas. Y el ropero parroquial, abierto todos los miércoles, que atiende a muchos transeúntes. «Mucha gente necesitada viene al ropero, precisa el párroco. Y ahora, con el frío, la demanda ha aumentado. El mes pasado, por ejemplo, nos quedamos muy justos de ropa. De hecho, veníamos atendiendo una media de 20 personas cada semana, y ahora estamos por encima de 30. Está abierto a todo el que llega, pensando sobre todo en los transeúntes. Y se ha corrido la voz, y ahora acuden también familias».

Detrás de todas estas acciones hay una gran labor de voluntariado que lleva al párroco a aseverar que «la parroquia somos una familia muy viva. Tenemos dos veces al año cursillos de novios, Confirmaciones con unos 15 jóvenes todos los años…». Y concluye afirmando que «la parroquia es un refugio, muchas veces, donde viene toda la gente. Y muchas veces es un lugar de paso en el centro, abierto a todos. Y ahora, con las rampas de acceso, se ha mejorado muchísimo la accesibilidad, lo que ha permitido que gente que había dejado de venir a Misa haya vuelto».