«Desde la archidiócesis, les damos la más cariñosa bienvenida y queremos ofrecer una pastoral integradora y de comunión, que busque la unidad desde la diversidad. Los hermanos y hermanas hispanos deben sentir la Iglesia como una realidad propia, siendo cordialmente acogidos, escuchados y acompañados».
Este breve párrafo de la “Guía de acompañamiento pastoral a inmigrantes de habla hispana”, es una profecía de lo que sucedió el día 12 de octubre en la parroquia de Santa María del Pozo y Santa Marta, de la Vicaría IV, en una fiesta convocada y organizada por el arciprestazgo de San Diego con motivo de la Fiesta de la Virgen del Pilar y del Día de la Hispanidad. Fue un encuentro precioso en el que se celebró la Eucaristía y se honró a la Virgen del Pilar y a todas las advocaciones de María presentes en Hispanoamérica, disfrutamos de los bailes y las danzas de nuestros países hermanos, se compartió la exquisita comida de cada uno de esos países y hasta hubo un bingo ameno y divertido. Todo ello en un ambiente alegre, animado, participativo, acogedor, cálido y entrañable, a pesar del día gris y lluvioso.
José Luis Segovia, Vicario Pastoral de la diócesis de Madrid, que presidió la Eucaristía, comentó en la homilía: “Hoy, 12 de octubre, más allá de los debates históricos, celebramos, bajo la advocación de la patrona de la Hispanidad, el encuentro entre dos continentes, que hoy hablamos la misma lengua y lo más importante, en muchos casos, confesamos la misma religión y nos dirigimos al mismo Dios”.
Es muy de agradecer esta iniciativa del arciprestazgo de San Diego en su segunda edición. Se trata de un ejemplo de buena práctica de encuentro que nos indica un camino a seguir en este proceso de enriquecimiento mutuo que supone el llevar a cabo una pastoral no para los inmigrantes, sino con los inmigrantes. La Iglesia de Madrid ganaremos mucho con estas y otras buenas prácticas de acogida, protección, promoción e integración.