Betania, la casa de Marta, María y Lázaro, nos recuerda aquellos momentos en los que Jesús, cansado del camino, encontraba reposo, consuelo y hospitalidad. Un lugar donde renacer la esperanza. No es casualidad, por tanto, que el nuevo centro de atención a personas inaugurado por Cáritas Vicaría II, en la calle Castillo de Arévalo 8, lleve este nombre.
La Betania de Cáritas Madrid quiere ser, como la de Tierra Santa, un espacio donde se escucha, se comparte la fe, se acompaña el sufrimiento y se ofrece no solo ayuda material, sino cercanía, diálogo y esperanza.
El centro Betania centraliza ahora la atención que hasta este momento realizaban las parroquias de Jesús Divino Obrero, Encarnación del Señor, Virgen de la Oliva y Santo Domingo Savio. Las personas voluntarias de acogida de estas comunidades trabajarán de manera conjunta en este espacio común, para ofrecer a quienes se acerquen una atención más digna, humana y eficaz.
«Aquí atenderemos a quienes lleguen en busca de ayuda con gestos concretos, escucha profunda y acompañamiento, porque servir al necesitado es servir a Cristo mismo», explican desde la Vicaría II.
La inauguración y bendición del local estuvo presidida por Dioni, párroco de la Virgen de la Oliva y coordinador de Cáritas en el arciprestazgo. Tras la ceremonia, se celebró una reunión informativa con los agentes de Cáritas para explicar el funcionamiento del centro y recordar que lo esencial no ha sido solo la organización, sino el espíritu con el que se ha servido: humildad, cercanía y amor.
Betania se presenta así como «un signo de esperanza para el barrio: un espacio de acogida, encuentro y caridad activa donde acompañar a las personas más vulnerables».