La parroquia Santa Ana y La Esperanza (La Cañada, 35) tiene como tradición que cada año, en el marco de sus fiestas patronales, se reconozca a una persona de la parroquia que haya desarrollado una labor destacada.
Este año, por primera vez, el reconocimiento ha sido para la labor de todo un equipo: el de la Cáritas parroquial, por su labor de cercanía y acompañamiento a las familias del barrio de Moratalaz.
El párroco, José Luis Martínez, en la Eucaristía mayor de las fiestas, y en nombre de toda la comunidad parroquial, hizo entrega de una placa de reconocimiento a la Cáritas parroquial. Florita, responsable de la acogida de la entidad, fue la encargada de recibir el galardón en presencia de la mayor parte del equipo de voluntarias.
El acompañamiento que se realiza desde esta Cáritas parroquial consiste, sobre todo, en facilitar productos de primera necesidad, como alimentación e higiene, así como ofrecer ayudas para el alquiler de habitaciones o pisos. Todo ello dirigido a las familias del barrio, tan afectado por la crisis provocada por la pandemia del Covid-19.
Desde Cáritas Vicaría III valoran muy positivamente este premio, ya que «muchas veces la labor de las Cáritas parroquiales pasa desapercibida para su propia comunidad parroquial; las preocupaciones y la dedicación a la atención a las familias necesitadas por parte de los equipos de voluntariado no son siempre reconocidas».
Este galardón tiene especial importancia, ya que pone en valor el espíritu de caridad y fraternidad con el que se atiende a las personas, más que las ayudas concedidas en sí; porque lo importante de esta Cáritas parroquial no es el «cuánto da» sino el «cómo lo da»: el amor con el que se trata a las personas que acuden solicitando ayuda, pero también esperando ser escuchadas y consoladas en sus angustias diarias.
«En la Vicaría III nos sentimos especialmente orgullosos del equipo de Santa Ana y la Esperanza, por el trabajo que está realizando y suscribimos el texto incluido en la placa: En agradecimiento por su labor y dedicación».