Noticias

Lunes, 19 junio 2023 08:39

Carlos Osoro: «Entregáis vuestra vida para servir y no ser servidos»

Carlos Osoro: «Entregáis vuestra vida para servir y no ser servidos»

El pasado sábado, la catedral de Santa María la Real de la Almudena acogía una solemne Eucaristía en la que el cardenal Carlos Osoro, arzobispo emérito administrador apostólico de Madrid confería el orden del diaconado a diez nuevos diáconos.

En su homilía, y al hilo de las lecturas proclamadas, reflexionó sobre tres palabras: propiedad, amor y enviados. Y es que, explicó, «somos propiedad de Dios» porque «todos nosotros hemos sido elegidos para ser miembros del pueblo de Dios, de la iglesia. Y es en este pueblo donde el Señor os ha llamado a quienes vais a ser ordenados de diáconos. Viviendo la vida y la cercanía a este Dios que nos ha constituido su pueblo, habéis descubierto la llamada que un día el Señor os hizo y os invitó a entregar la vida para servirle a Él». «Sois propiedad de Dios», insistió. Por eso, añadió, «¡qué hondura alcanza nuestra vida cuando nos sentimos este pueblo que no anda a su aire, sino un pueblo que vive en seguimiento y en obediencia a Jesucristo Nuestro Señor, que se siente propiedad de Dios, y que manifestamos en un modo de vivir y de estar en el mundo ese sabernos propiedad de Dios».

En segundo lugar, dijo que el Señor «nos ha hecho descubrir que este Dios nos muestra su amor. Que siendo nosotros aún pecadores, sin embargo, Cristo nos manifiesta un amor entrañable en nuestra vida. Hemos sido reconciliados con Dios por la muerte de Jesucristo Nuestro Señor. Y seremos salvados por nuestro Señor. Nos ha mostrado su amor». Para el cardenal, «no es un amor teórico. Os lo ha mostrado a vosotros que, de una forma especial, habéis sentido dentro del pueblo de Dios, como miembros de la iglesia, la llamada que Dios os ha hecho para ser sacerdotes», un camino hacia el ministerio sacerdotal en el que también está la diaconía. «Ser diáconos, servidores. Entregáis vuestra vida para servir y no ser servidos; para aproximar la presencia de Dios; para manifestar la presencia del Señor en medio de su pueblo».

Por último, señaló que «el Señor quiere enviarnos. Hemos sido enviados». Y, es que, «hay muchedumbres abandonadas a su propio caminar, como ovejas sin pastor, y los discípulos de Jesús escuchamos la llamada que el Señor, de una manera especial, nos manifiesta y nos hace. La mies es abundante. Los obreros trabajadores, pocos. ¡Que mande el Señor trabajadores a su mies! Y hoy nosotros podemos experimentar aquí, en nuestra catedral de Madrid, que el Señor cuida de su pueblo. Y hoy nos manda a diez cristianos» que han hecho en su vida un recorrido y un discernimiento de su vocación para «poder recibir la ordenación de diáconos». «La diaconía es una situación singular y especial que ha de vivir el sacerdote también, porque él va a ser el gran discernidor del pueblo del Señor».

«El Señor, prosiguió, os va a enviar a este mundo para curar, para limpiar y para resucitar». «¿Hay alguien que se preocupe tanto por nosotros como este Dios, que se nos ha revelado en Jesucristo Nuestro Señor?», se preguntó. «Se compadece de nosotros porque necesitamos guías, que nos marquen y nos indiquen el camino de seguimiento que tenemos que hacer a nuestro Señor». «El pastor, explicó, es el que siembra. Es el que cuida. Es el que ama a los hombres. Es el que los llama. Es el que los reúne. Es el que mira qué enfermedad o en qué situación estamos viviendo. Porque el Señor nos envía para curar, para resucitar y para limpiar».

Dirigiéndose a los nuevos diáconos, les pidió que «se enteren los hombres, todos los hombres y mujeres de este mundo, que Dios ha venido a este mundo. Que nos ama. Que no nos ha dejado solos. Que nosotros tenemos un camino que recorrer, y una manera de recorrer este camino en este mundo también, siguiendo las huellas de nuestro Señor Jesucristo. Id a decírselo a todos los hombres… Proclamad el reino de los cielos». Y es que, afirmó, «este momento histórico es singular, porque es necesario anunciar a Jesucristo Nuestro Señor. Anunciar el reino. Anunciar la presencia de Dios», con palabras y «con vuestra vida. El gran anuncio es aquel que no se queda en palabras, sino que se manifiesta con obras, que se manifiesta en vidas concretas, en tareas realizadas por cada uno de nosotros». Id y proclamad que el reino de los cielos ha llegado».

Y concluyó exhortándoles a vivir «esta diaconía y este tiempo de diaconía sintiendo el gozo de que vuestra vida es para servir a los demás, y no para serviros vosotros de los demás. ¡Id y proclamad el reino de Dios!». Y manifestando su esperanza de que el Señor «nos siga bendiciendo con vocaciones al ministerio sacerdotal».

OrdenacionDiaconosJun23

Arzobispado de Madrid

Sede central
Bailén, 8
Tel.: 91 454 64 00
info@archidiocesis.madrid

Catedral

Bailén, 10
Tel.: 91 542 22 00
informacion@catedraldelaalmudena.es
catedraldelaalmudena.es

 

Medios

Medios de Comunicación Social

 La Pasa, 5, bajo dcha.

Tel.: 91 364 40 50

infomadrid@archimadrid.es

 

Informática

Departamento de Internet

C/ Bailén 8
webmaster@archimadrid.org

Servicio Informático
Recursos parroquiales

SEPA
Utilidad para norma SEPA

 

Search