La catedral de Santa María la Real de la Almudena acogió este miércoles, 25 de enero, la clausura de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. En el acto estuvieron presentes el pastor Alfredo Abad, de la Iglesia Evangélica Española; el padre Shnorhk Sargsyan, vicario de la Iglesia armenia; la pastora Esther Ruiz, de la Iglesia evangélica española; el pastor Ramiro Arroyo, de la Community Church; el pastor Fritz Delp, de la Friedenskirche, de la Iglesia luterana de habla alemana, y diversos obispos como Teófilo Moldovan, auxiliar de la Iglesia ortodoxa rumana, y Carlos López, obispo de la Iglesia Española Reformada Episcopal Anglicana. También estuvieron presentes el padre Konstantin Trachuk, de la Iglesia ortodoxa ucraniana, así como el diácono Gleb, representante de la Iglesia ortodoxa rusa, entre otros.
El acto estuvo presidido por el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, y fue presentado por el delegado episcopal de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso, Aitor de la Morena. La predicación principal corrió a cargo del obispo Carlos López. «Verdaderamente esta ha sido una semana de oración» y de «petición por la justicia de Dios», indicó al comenzar. «La unidad la podemos encontrar en primer lugar en la oración». Y cómo orar, preguntó el obispo. Como la viuda con el juez injusto que narra el Evangelio de Lucas, con insistencia. «Jesús nos dice que es necesario perseverar en la oración», con una oración «activa», «sabiendo que tenemos un Dios que responderá».
En estos momentos, en el siglo XXI, Europa sufre una crisis de valores, social, económica, afirmó el obispo, «y yo creo sinceramente que la respuesta a estas crisis es la oración». E invitó a cada uno a preguntarse cómo es su vida de oración, «cómo de lejos o de cerca estoy yo del ejemplo de la viuda, hasta cuándo persevero yo, cómo estoy perseverando yo».
Humildad, fraternidad y sinodalidad
Tras el rezo del padrenuestro, el cardenal Osoro tomó la palabra para asegurar que «las divisiones de los cristianos nunca anulan la unidad de la Iglesia», y esta, afirmó, «no es algo escatológico». Para alcanzarla, aseguró, «hay una manera muy especial, como es vivir humilde y fraternalmente con las iglesias cristianas». «Abrirnos al amor fraterno», continuó, «para hacernos creíbles» en unos momentos «donde se abandona fácilmente la fe y se retira a Dios de la vida».
En este sentido, aludió a la promoción de la sinodalidad, «ese saber caminar juntos» y, sobre todo, a «ser testigos de la verdad de Cristo». Frente al ecumenismo teórico, indicó, «hay uno práctico que es el que estamos viviendo en estos momentos». En estos tiempos en que se tiene «que manifestar el ecumenismo del amor escuchando la Palabra de Dios», se puede manifestar también esa unidad de la Iglesia invocando al Señor «siempre juntos» en el camino del seguimiento de Jesucristo. Y animó a «sentirnos hermanos, no vecinos».
Cristo en el mundo de hoy
Una vez concluida la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, el delegado de Ecumenismo de la archidiócesis hace balance de unos días en los que ha constatado «el entusiasmo de la gente, el buen talante por parte de todos y la alegría de encontrarse». Así, afirma estar «muy contento» en este año, que es su primero al frente de la delegación. Especialmente intensos fueron la vigilia de jóvenes y el concierto ecuménico de coros.
Mirando al futuro, De la Morena señala que en unos días se reunirá el equipo organizador para evaluar la semana «y ver cómo mejorar». En la línea con lo expresado por el arzobispo de Madrid sobre «esta realidad de la nueva evangelización», y puesto que muchos de los líderes de las Iglesias protestantes y ortodoxas en Madrid los son también a nivel nacional, la idea es ver cómo avanzar en el anuncio del Evangelio.
«La idea es cómo llevar a Cristo al mundo de hoy». Sería esta una «perspectiva novedosa que habrá que concretar». Todo, para que no sea «solo juntarnos una semana al año, sino ver qué más cosas podemos seguir haciendo juntos y seguir cultivando las relaciones personales». Como aseguró al comienzo de la clausura, esta semana «hemos rezado con intensidad» y «queremos que sea un ejemplo para el resto del año».
