Para entender la importancia de San José recordamos las palabras que nos decía el Papa San Juan Pablo II en una Exhortación Apostólica sobre la figura y la misión de San José en la vida de Cristo y en la de la Iglesia. San José, como custodio del Redentor, ha tenido gran importancia desde los primeros siglos. Por ejemplo, los padres de la Iglesia inspirándose en el Evangelio subrayaron que San José, al igual que cuidó de la Virgen María y se dedicó a la educación de Jesucristo, también custodia y protege su cuerpo místico la Iglesia, de que de la Virgen es figura y modelo.
En unos tiempos difíciles para la Iglesia, el Papa Pío IX quiso poner a la Iglesia bajo la protección especial del Santo Patriarca José y por eso lo declaró patrono de la Iglesia Católica. El Papa sabía que no se trataba de un gesto sin importancia, pues la Iglesia, después de la Virgen Santa, su esposa, tuvo siempre en gran honor y colmó de alabanzas al bienaventurado José y a él recurrió sin cesar en las Angustias. Es lo que decía Pío IX en el momento de declarar a San José patrono de la Iglesia Universal.
San Juan Pablo II nos recuerda que el patrocinio de San José debe ser invocado y es necesario en la Iglesia no solo como defensa contra los peligros, sino también y sobre todo como alimento en el empeño de la evangelización en el mundo y en la reevangelización en aquellos lugares en los que la religión y la vida cristiana fueron florecientes y que ahora mismo pues sufren una mayor o menor dificultad.
Además, San José aparece como patrono de la Iglesia y también como ejemplo, porque el ejemplo de San José supera los estados de vida particulares y se propone a toda la comunidad cristiana, no solamente a un determinado carisma, sino que cualesquiera que sean las condiciones y las funciones de cada fiel, todo cristiano puede estar o sentirse protegido por San José como su patrono.