El pasado miércoles 23 de septiembre por la mañana se hizo público un cartel, a través de las redes sociales, que hablaba sobre la celebración de una vigilia eucarística nocturna en la basílica del Valle de los Caídos. El formulario de inscripción que acompañaba dicho cartel se fue rellenando por todo el que quería asistir, hasta que a las dos horas y media desde el lanzamiento el aforo se completó y se cerraron las inscripciones.
La iniciativa había nacido de un grupo llamado DEARCO, que desde días antes contaba con la aprobación, el apoyo y el acompañamiento de los monjes benedictinos que residen en la abadía del Valle. Un grupo formado por seis amigas universitarias unidas para defender los valores católicos y la fe cuando ésta se ve ofendida o perseguida de una manera directa.
El objetivo del encuentro era acompañar de un modo solemne y muy especial a la orden benedictina, que en estos momentos vive en la incertidumbre de no saber qué pasará con ellos y con la Cruz del Valle de los Caídos. Las chicas de este grupo organizador creen que lo fundamental en estos casos es rezar ante el Santísimo Sacramento para rogar su protección y ayuda, además de pedir perdón al Señor por todas las ofensas que se le hacen cada día, y por la conversión de todas las almas.
Debido a la situación sanitaria actual, y para cumplir las medidas restrictivas por el COVID-19 en Madrid, el aforo fue inferior al permitido. Acudieron unas 80 personas, cumpliendo la distancia de seguridad, llevando en todo momento mascarilla, y con dispensadores de gel repartidos por el recinto. Para garantizar el orden y la seguridad contaron con la ayuda de un grupo de voluntarios jóvenes, que colaboraron de principio a fin con estas tareas, además de cumplir con la limpieza y desinfección del lugar una vez acabó el encuentro.
La vigilia eucarística en la basílica de la Santa Cruz comenzó con una Misa de apertura sobre las 22:30 horas, celebrada por los monjes, acompañados en los cantos por el coro de la Escolanía. A continuación se expuso el Santísimo, para su adoración durante toda la noche. Hubo tiempo para rezar en silencio, para rezar cantando y para rezar en voz alto oraciones dirigidas por los voluntarios, como el ángelus, el rosario meditado, el vía crucis, etc. Durante los ratos de silencio se podía salir al exterior a tomar un poco el aire, y para quien quisiera dormir se habilitó una zona para el descanso. La adoración finalizó con una Misa a las 7:00 de la mañana, poco antes del amanecer.
Esta iniciativa ha sido acogida con mucha ilusión por los monjes y por los asistentes. Asimismo hay muchas personas que están pidiendo que se organicen más, puesto que la mayoría de los interesados en participar se quedaron a las puertas por el límite de aforo. Por eso, DEARCO planea organizar una segunda vigilia eucarística. La fecha se comunicará en su perfil de Instagram (@sjdearco).