Noticias

Lunes, 26 septiembre 2022 15:00

El arzobispo pide no pasar de largo ante los «muchos Lázaros» que hay en Madrid

El arzobispo pide no pasar de largo ante los «muchos Lázaros» que hay en Madrid

La catedral de la Almudena de Madrid acogió el pasado domingo, 25 de septiembre, la Misa con motivo de la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado. El arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, invitó a preguntarse durante la homilía qué decisiones habrá que tomar para que el reino de Dios, «un reino de justicia, de fraternidad y de paz», se haga realidad ya en este mundo. Si de verdad se confía en Dios, afirmó, la vida será «para servir a los demás» en un territorio que no es prestado, sino propio, «porque Dios lo ha hecho para todos los hombres».

Acompañado por el obispo auxiliar de Madrid monseñor José Cobo, y el delegado episcopal de Movilidad Humana, Rufino García, entre otros sacerdotes, el purpurado aseveró que Dios invita a «fiarnos de Él», a «combatir el combate de la fe» y a «conquistar» su vida para «hacerla presente ya en este mundo», en los que vienen de lejos y en los que «tienen opiniones diversas a las nuestras, pero son nuestros hermanos».

Jornada migrantes 22 folleto

El Evangelio proclamado, más actual que nunca en esta jornada, ayudó a «entender el momento que se vive con los migrantes y refugiados» porque describía la «tragedia amarga que se repite en la historia de la humanidad». Era la parábola del pobre Lázaro. En ella, el rico no tiene nombre, y esto, en la cultura semítica, «significa no tener una identidad profunda; tenía muchas cosas, pero sin identidad». Era un hombre que construyó «la vida en el vacío», que redujo su vida al tener, a la diversión.

El pobre, sin embargó, sí tiene nombre: Lázaro, que en hebreo quiere decir «mi Dios es ayuda». «Lázaro es aquel que pone la confianza en Dios». El pobre está cubierto de llagas, «como la gente que viene de otros lugares», y ni siquiera tenía acceso a las sobras que caen al suelo, ya que en la cultura judía existía la obligación moral de recogerlas. El mendigo, además, es acompañado de perros, que en la tradición judía eran animales impuros.

Jornada migrantes 22 misa

La mano a quien llega

La parábola, explicó el purpurado, muestra «una vida de contrastes», que «a menudo puede ser una descripción de nuestra sociedad»: el rico, en el que «podemos ver a veces un sistema injusto», frente a los «millones de seres humanos» que tienen que ir de un sitio a otro para salir del hambre y de la miseria. Más de la mitad de la humanidad, dijo, anda como Lázaro, buscando migajas «a la puerta de nuestra sociedad del bienestar».

Los «miles de migrantes que cruzan el mar» son el pobre, y «ese pobre Lázaro yace a nuestra puerta», continuó el cardenal Osoro. Y abundó: «En nuestro mundo hay muchos Lázaros, muchos migrantes, muchos pobres; no tenemos que buscarlos lejos […]. Los hay en nuestra propia ciudad de Madrid».

«Quien vive en el derroche, en el consumismo, se vuelve insensible y ciego para ver el dolor y la humillación de tantos seres humanos desesperados, hambrientos y abocados a la muerte y a la injusticia», advirtió. Frente a esto, hay que vivir, animó, «dando la mano a quien llega». «El que acoge en su corazón a Jesús y su Evangelio no puede organizar la vida centrado en sí mismo», por eso el Evangelio, afirmó, «es la gran revolución», porque el que lo acoge «necesita solidarizarse con los más necesitados».

Su presencia, reconoció, es un «reto enorme», pero también una «oportunidad para crecer, para agrandar nuestro corazón» y que «todos los hombres entren en él». «Construir el futuro con todos —concluyó el purpurado—, en este caso recordando a los migrantes y refugiados, significa reconocer y valorar lo que cada uno de ellos puede aportar en este proceso de edificación de nuestro mundo».

Morir de esperanza

La Comunidad Sant’Egidio Madrid convocó a esta Misa con el lema Morir de esperanza, que, como cada año desde hace décadas, celebra para promover una cultura de acogida, solidaridad e integración en las ciudades. También el domingo monseñor José Cobo presidió una Misa en la parroquia Santa Teresa de Jesús de Getafe, retransmitida en el programa El Día del Señor de La 2.

El también obispo responsable de Migraciones dentro de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social y Promoción Humana de la Conferencia Episcopal destacó en su homilía cómo «somos expertos en crear abismos en medio de nuestras sociedades». Ante estas estas fronteras, muros, separaciones, «vallas con concertinas» o «insensibilidad de unos con respecto a otros», Jesús quiere que «cada uno descubramos si vivimos o no creando abismos». Jesús, que es el que crea puentes, «se queda en cada Lázaro» y «nos dice que tenemos un futuro» esperanzado con sitio para todos.

«La migración es un verdadero signo de nuestros tiempos», añadió, un lugar donde «Dios está hablando» a la sociedad. La aportación de los migrantes y refugiados, enseña la historia, es «fundamental». «Vuestro trabajo, vuestra capacidad de sacrificio, vuestra juventud, vuestro entusiasmo, están dando vida a nuestra Iglesia y a cada lugar de acogida», subrayó monseñor Cobo. El obispo destacó asimismo todas aquellas comunidades cristianas en las que se está viviendo ya la fraternidad. «Esto nos hace mejor Iglesia y mejores personas», concluyó.

Jornada migrantes cobo general

Arzobispado de Madrid

Sede central
Bailén, 8
Tel.: 91 454 64 00
info@archidiocesis.madrid

Catedral

Bailén, 10
Tel.: 91 542 22 00
informacion@catedraldelaalmudena.es
catedraldelaalmudena.es

 

Medios

Medios de Comunicación Social

 La Pasa, 5, bajo dcha.

Tel.: 91 364 40 50

infomadrid@archimadrid.es

 

Informática

Departamento de Internet

C/ Bailén 8
webmaster@archimadrid.org

Servicio Informático
Recursos parroquiales

SEPA
Utilidad para norma SEPA

 

Search