El Cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, presidirá el sábado 29 de noviembre una Eucaristía como clausura del centenario de la fundación del Instituto Secular Alianza en Jesús por María.
Será a las 19:30 horas en la catedral de la Almudena, y estará precedida de un concierto de la Coral Santiago Apóstol de Griñón, a las 18:00 horas.
Alianza en Jesús por María, instituto secular femenino de derecho pontificio, nació el 2 de febrero de 1925 en San Sebastián por iniciativa del venerable Antonio Amundarain. Es el primer instituto secular en la Iglesia española, cuyo carisma es hacer presente en el mundo el rostro virgen de Cristo.
Su espiritualidad es cristocéntrica y encuentra en María el camino seguro para seguir a Jesús, viviendo en comunión con la Iglesia, en sencillez y siendo fermento transformador en medio del mundo.
Sacerdotes y colaboradores forman parte de la familia aliada, extendida por España, Portugal, Estados Unidos, México, República Dominicana, Puerto Rico, Ecuador, Argentina, Panamá, Alemania e Italia.
Recientemente ha sido elegida Isabel Salvador Martínez como nueva directora general del instituto (imagen principal, sentada en el centro, junto a sus consejeras), en Asamblea General que comenzaron acompañadas por Aurelio Cayón, sscc, vivario episcopal para la Vida Consagrada de la diócesis de Madrid (imagen inferior).

Biografía del venerable Antonio Amundarain
Antonio Amundarain Garmendia (Elduayen, Guipúzcoa, 1885 – Madrid, 1954) nació en un caserío a pocos kilómetros de Tolosa. Pronto se despierta en él la vocación sacerdotal. Fue monaguillo de su parroquia y es ordenado presbítero a los 24 años.
Gran amante de la música, en especial del canto gregoriano, tuvo una avanzada intuición de la santidad en medio del mundo. «Extraordinaria ha sido la predilección que Dios ha tenido conmigo, por haberme Él inspirado la idea de encaminar las almas no sólo a la necesaria consecución de su salvación, sino a las alturas de la santidad».
Su celo apostólico le llevaba a decir: «Una sola cosa quiero, amar a Jesús, amarle más y más; y hacer que otros le amen, que le ame el mundo entero y, en esa obra trabajar y agotar mi vida toda”.

Fue también un hombre consagrado a su sacerdocio y apasionado del ministerio sacerdotal. Pasaba horas en el confesionario. De él afirmó el también venerable José María García Lahiguera, fundador de las Oblatas de Cristo Sacerdote, que «era el hombre de Dios; vivía en una altura sobrenatural tan de cumbre, que sólo se le podía mirar levantando la cabeza».
Fue hermano de las Tres Caídas de San Isidoro (Sevilla), realizando estación de penitencia acompañando a los sagrados titulares.
Murió en Madrid en 1954. En 1982 se abrió su causa de beatificación y en 1996 el Papa san Juan Pablo II lo declaró venerable.

