Después de dos años con las celebraciones tan restringidas, en el Colegio Arzobispal - Seminario Menor de Madrid echaban «un poco en falta» esos encuentros de familias. Así pues, aprovechando este tiempo pascual, pusieron en marcha el pasado viernes, 6 de mayo, una iniciativa pionera: la Fiesta de la Pascua. Fue todo un éxito, una «maravilla» en palabras de Iñaki Martín, formador del centro, con una «muy buena respuesta por parte de las familias».
Organizada en la huerta del Seminario Conciliar de Madrid, contó con música en directo con temas interpretados por alumnos y exalumnos. Fueron muchos los que quisieron acercarse para «vivir este ambiente nuestro tan familiar». Hubo barbacoa, juegos, torneo de fútbol, hinchables, y también la posibilidad de recaudar fondos para el viaje de fin de curso de los más mayores, que este año irán de peregrinación a Fátima. «Los padres estaban muy agradecidos» en un día que supuso ir «retomando nuestra vida de pequeña gran familia», subraya el formador.
Cuarta edición del Taller de san José
Los encuentros familiares del centro educativo continuaron el pasado domingo, 8 de mayo, con la celebración de un nuevo Taller de san José para padres varones y sus hijos, que este año alcanza ya su cuarta edición. Martín explica que «lo que más agradecen los padres es tener tiempo de calidad con sus hijos» que palíe en cierta manera lo «absorbidos» que pueden llegar a estar por el trabajo. Por su parte, «los hijos a esa edad no es que sean muy comunicativos».
Por eso el taller, que se concibe como un día de convivencia al aire libre para facilitar el encuentro y la comunicación. «Los hijos experimentan que los padres les dedican tiempo», y que este no va a ser para juzgarlos, exigirles o para ver cómo van las notas, sino para hablar «de lo importante».
Este año, la jornada comenzó en la iglesia parroquial de Buitrago de Lozoya, donde celebraron una Misa. Después tuvieron una actividad de piraguas, cada padre e hijo en una, en la que además se utilizaron imágenes para ir trabajando, como la importancia de remar en la misma dirección, de apoyarse el uno al otro cuando cuesta más, de disfrutar juntos del paisaje, de la vida…
Tras la comida, «de bocatas», llegó una pequeña catequesis sobre las enseñanzas del Papa Francisco en torno a la figura de san José como padre en la ternura. Lo trabajaron padres e hijos por separado y después, durante una caminata de cinco kilómetros, cada pareja fue hablando «desde el corazón» sobre lo que les había sugerido. Concluyeron rezando el rosario porque «José nos lleva a María, y María a Jesús; para poner en el centro de la familia al Señor, nada mejor que la Sagrada Familia».
