El 2 de febrero se estrenó en España Garabandal, solo Dios lo sabe, la película española más vista en 2018, en relación al número de copias en circulación. Presenta los hechos acaecidos en San Sebastián de Garabandal (Cantabria) entre 1961 y 1965. Asistieron a verla más de 12.000 espectadores en menos de dos semanas: largas colas en las aceras, salas a rebosar, pases extras, empresarios del cine asombrados. Algo que contrasta con la sencillez de su productora, de su distribuidora, de la falta de presupuesto para publicidad, del corto espacio de tiempo en que se grabó –solo 23 días-, y de sus actores y técnicos, ninguno de ellos profesionales.  

El padre José Luis Saavedra, doctor en teología por la Universidad de Navarra con su tesis doctoral «Garabandal, mensaje de esperanza», ha seguido muy de cerca el trabajo de Mater Spei en la realización de la película. Para su tesis doctoral, el trabajo histórico-teológico más riguroso sobre el tema, tuvo que estudiar concienzudamente los acontecimientos acaecidos en San Sebastián de Garabandal: milagros, hechos asombrosos, curaciones y conversiones transmitidos por muchos de los testigos y devotos de aquellos acontecimientos,  y el mensaje dado por la Virgen y su significado.

Compartirá su aventura personal de encuentro con la Virgen, la llamada a la conversión que recibió a través de Ella, y sus descubrimientos respecto a Gabarandal, en el Asalto al Cielo de este sábado 10 de marzo en la parroquia de Colmenar del Arroyo.

La Virgen se presentaba como una verdadera madre

Según el testimonio de las cuatro niñas que afirmaron verla durante los cuatro años que se les apareció, el título con que la Virgen se presentó en esta recóndita aldea de 100 habitantes no fue el de «Inmaculada», como en Lourdes, o el «Nuestra Señora del Rosario», como en Fátima. En Garabandal, la Virgen se presentó como una madre, como nuestra madre: «Yo, vuestra Madre, os quiero pedir…». Para el padre José Luis Saavedra, la Virgen «se presentaba como Madre Nuestra». Y se hacía presente entre nosotros con una petición fundamental. «La Virgen venía para pedirnos algo: nuestro amor, nuestro compromiso y nuestra lucha por el Evangelio. Venía a recordarnos de una forma extraordinaria que el cielo está cerca. Venía para mostrarnos que estaba a nuestro lado, y para ayudarnos, escucharnos, acompañarnos en todo, como Madre Nuestra que es».

Sin embargo, como afirma el padre José Luis Saavedra, «Ella misma tuvo que reconocer que aquellas gracias estaban cayendo en el olvido: porque no se había cumplido ni se había dado mucho a conocer su mensaje». Tantas conversiones, tantas gracias extraordinarias y tantos signos de su presencia, que habían reunido a millares de personas en aquella aldea durante cuatro años, con el paso del tiempo parecieron quedar en el olvido.

Un mensaje de extraordinaria actualidad

Para el padre José Luis, «el mensaje de Garabandal parece llamado a iluminar precisamente al mundo y a la Iglesia de hoy». Ante un mundo que se sume en la confusión, en el materialismo, en la división y la violencia, alejándose de Cristo y de la Iglesia, y ante una Iglesia que en muchos lugares de Occidente se seculariza  y pierde su identidad y su dinamismo misionero, salpicada por graves escándalos y contradicciones, «las apariciones de Garabandal han despertado la fe en millones de personas y han dejado sin respuesta a gran cantidad de médicos y teólogos, los cuales, tras estudiar a fondo el caso, han certificado que los fenómenos, las curaciones y las abundantes conversiones de Garabandal, a su juicio, no poseen explicación natural».

Por otra parte, han sido numerosos los santos contemporáneos que se interesaron por los sucesos de esta aldea, como san Padre Pío de Pietrelcina, san José María Escribá de Balaguer o santa Teresa de Calcuta. Incluso varios Papas mostraron su excepcional interés respecto a esta manifestación de la Virgen.

Los estudios incompletos que marcaron las conclusiones de dos comisiones

Sin embargo, dos comisiones diocesanas rechazaron estos fenómenos. El tiempo ha permitido descubrir que los estudios de aquellas comisiones fueron incompletos. Por eso, a cincuenta años de las apariciones, todavía hoy no conocemos «a fondo» lo sucedido. Así lo ha reconocido la Iglesia, augurando investigaciones serias que permitan conocer la verdad sobre Garabandal. Este ha sido el objetivo de la rigurosa investigación realizada por el padre José Luis Saavedra.

Ante la necesidad de un estudio riguroso, el padre Saavedra se puso en marcha. La conclusión de su importante y esclarecedora investigación fue su tesis doctoral en la Universidad de Navarra, titulada «María de Garabandal. Estado actual de las “apariciones” ocurridas en San Sebastián de Garabandal entre 1961 y 1965». Fue presentada en el año 2017 y calificada con sobresaliente cum laude. En ella ha estudiado rigurosa y pormenorizadamente estos acontecimientos: hechos milagrosos, curaciones y conversiones transmitidos por muchos testigos y devotos de la Virgen de Garabandal, y el mensaje que, según las videntes, recibieron de la Virgen. Esta investigación estuvo precedida de su trabajo anterior «Garabandal. Mensaje de esperanza», publicado en el año 2015.

Situación eclesial actual de estas apariciones

Las apariciones de Garabandal no están reconocidas por la Iglesia, aunque los obispos tampoco han condenado su mensaje. A partir de las investigaciones realizadas, con el estudio incompleto de la primera, las dos comisiones convocadas por los obispos de la diócesis de Santander han señalado que no hay ningún fenómeno que pudiera autenticar estos acontecimientos como sobrenaturales.

Sin embargo, también es verdad que la primera comisión indicó: «no hemos encontrado nada que merezca censura o condenación eclesiástica, ni en la doctrina, ni en las recomendaciones espirituales que han sido publicadas como dirigidas a los creyentes». El obispo que convocó a la segunda comisión, monseñor Juan Antonio del Val, al retirarse de su oficio indicó en una entrevista que el mensaje de Garabandal llamando a la conversión era «importante» y «teológicamente correcto».

Como el caso no está cerrado, la Iglesia está oficialmente abierta y un día podría reconocer las apariciones. Espera para ello frutos espirituales en las almas. De hecho, todos los obispos han reconocido unánimemente que el mensaje de las apariciones está de acuerdo a la fe de la Iglesia.

Para el padre Saavedra, «no hay pues peligro en acercarse… bueno, sí: como muchos han comprobado ya en Garabandal, al acercarse uno corre el peligro de ser tocado por Ella».

En Colmenar del Arroyo el sábado 10 de marzo

El padre José Luis Saavedra García dará testimonio de su encuentro con la Virgen a través de Garabandal y del amor que Ella nos tiene. Lo hará este próximo sábado 10 de marzo en la vigilia de testimonio, adoración y alabanza ‘Asalto al Cielo’, en la parroquia Asunción de Nuestra Señora de Colmenar del Arroyo (Plaza de España, s/n). El programa es el siguiente:

• 17:00 horas. Rosario.
• 18:00 horas. Testimonio.
• 19:00 horas. Adoración.
• 20:00 horas. Misa.

Cómo llegar

En coche: tomar la carretera M-501 en dirección San Martín de Valdeiglesias, y continuar por ella hasta la salida 37, dirección Chapinería, Colmenar del Arroyo y Valdemorillo; luego se toma el desvío hacia Colmenar del Arroyo, y se continúa recto hasta la Plaza de España, donde se encuentra la Parroquia. En autobús desde Madrid: tomar el autobús 642 en el Intercambiador de Moncloa.

Asalto al cielo es una iniciativa evangelizadora y misionera desarrollada desde el año 2015 por el sacerdote de la diócesis de Getafe y párroco de Colmenar del Arroyo, Álvaro Cárdenas, como respuesta al desafío de nuestra sociedad moderna y secularizada y como expresión del anuncio misionero que reclama particularmente nuestro tiempo, tan necesitado de testigos de la fe para encontrar a Cristo. Es una vigilia mensual de testimonio, adoración y alabanza cuyo centro es Jesucristo vivo y presente en aquellos que se han encontrado con Él, y en su presencia viva en la Eucaristía. El fin de esta vigilia es el encuentro con Cristo en el testimonio de los suyos, en la adoración y la alabanza, y en la celebración eucarística.