El Grupo de Comunicación Loyola, en colaboración con MAG+S y la Universidad Pontificia Comillas, ha fallado el I Certamen de Jóvenes Escritores Cristianos, tras valorar más de 50 manuscritos que superaron la primera criba entre todas las obras recibidas. El ganador ha sido el sacerdote madrileño Carlos Giménez Rodríguez y como finalista María Teresa Gutiérrez Montero.
«Sus textos han sido seleccionados por su calidad literaria, la originalidad de sus enfoques y la hondura con la que abordan cuestiones esenciales de la vida desde una mirada creyente, personal y cercana». Ambos han sabido escribir «con autenticidad, conectar con las preguntas de su generación y ofrecer claves de sentido sin artificios». Dirigido a menores de 35 años con residencia en España, el certamen ha acogido obras de géneros diversos —relato, ensayo, poesía, diario, carta o formatos híbridos— que comparten una misma ambición: narrar lo que importa, desde la experiencia y con horizonte.
El primer premio incluye 500 euros como anticipo de publicación. Además, tanto el ganador como el finalista participarán en un programa de acompañamiento literario de un año. «Esto es lo más interesante», explica Carlos.
Carlos Giménez ha presentado el proyecto ‘Identidad, cristianismo y postmodernidad’. No es el tema de estudio de su tesis doctoral, pero nace de otra de las líneas de investigación que ha trabajado en la Universidad Pontificia de Comillas.
La obra pretende ser «un viaje para responder a la pregunta Quién soy. Sé tú mismo». «Es un viaje espiritual, personal y compartido», es decir, «cómo desde la tradición sapiencial cristiana uno puede vivir esa pregunta, responder y descubrir que la fe cristiana tiene mucho que decir a la pregunta identitaria, no para imponerse, sino para abrir horizontes». En este sentido, el sacerdote madrileño explica que «el núcleo central es la comprensión de la originalidad como algo que se recibe como una bendición de Dios», es decir, «que somos únicos porque desde siempre hemos sido pensados y llamados».
El jurado -formado por profesionales del ámbito literario, miembros de la Compañía de Jesús y editores del Grupo de Comunicación Loyola- ha subrayado «la calidad general de los textos finalistas y el compromiso profundo de quienes los firman».
Desde el Grupo de Comunicación Loyola agradecen de forma especial a todos los jóvenes que han participado. «Sus obras son testimonio de una generación que escribe con hondura, que se atreve a mirar de frente la realidad y que cree en el poder de la palabra para transformar y acompañar».
Este certamen inaugura «un espacio estable para descubrir y apoyar nuevas voces que escriben desde la fe con libertad, pensamiento crítico y mirada propia».