El domingo 4 de junio, solemnidad de la Santísima Trinidad, se celebra la Jornada Pro Orantibus, dedicada a la vida contemplativa. Este año, con el lema Generar esperanza.
En su carta a las comunidades contemplativas de la archidiócesis, el padre Elías Royón, SJ, vicario episcopal para la Vida Consagrada, recuerda que es un día en el que «la Iglesia anima al pueblo de Dios a conocer y agradecer la vocación de aquellos “hombres y mujeres llamados por Dios y enamorados de Él que viven su existencia totalmente orientados hacia la búsqueda de su rostro, deseosos de encontrar y contemplar a Dios en el corazón del mundo” (VDQ 2) y tenga un recuerdo orante por todos los que “atraídos por el fulgor de Cristo, el más bello de los hijos de los hombres (Sal 45,3), se sitúan en el corazón mismo de la Iglesia y del mundo».
Además, exhorta a los contemplativos y contemplativas «a vivir esta Jornada con gratitud y confianza, sumergidos en el misterio de la contemplación del rostro de Cristo, para ver con ojos espirituales y así poder contemplar las situaciones y las circunstancias propias, el mundo y las personas, con la mirada del corazón de Dios, que es siempre fuente de esperanza» (VDQ 10).
Y concluye manifestando el agradecimiento del arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, «por vuestras vidas consagradas, en el silencio y en la soledad, al Dios Altísimo y lleno de Bondad, por vuestra oración en el corazón de nuestra Iglesia, porque os sentís en comunión con todos los miembros de este pueblo de Dios que desea “caminar juntos” en Madrid, generando esperanza, cada uno desde su vocación, para este mundo a quien Dios ama».
En la actualidad, la diócesis de Madrid cuenta con 30 monasterios femeninos, en los que viven 318 monjas y 12 novicias, y 3 monasterios masculinos, con 31 monjes.
Materiales
La Comisión Episcopal para la Vida Consagrada de la CEE ha editado unos materiales en los que, además del mensaje de los obispos de presentación de la Jornada, se pueden leer varios testimonios de personas consagradas; textos para gustar y orar; y palabras de Benedicto XVI en recuerdo y agradecimiento al fallecido Papa emérito.