El próximo jueves 15 de mayo, la ciudad de Madrid celebra la festividad litúrgica de su patrono, san Isidro Labrador. Con este motivo, la Real Colegiata de San Isidro acoge los actos litúrgicos organizados en su honor por la Real, Muy Ilustre y Primitiva Congregación de San Isidro de Naturales de Madrid. Una de las principales labores de esta congregación es el cuidado del camarín sepulcral de san Isidro y santa María de la Cabeza. «Son miles las personas que, durante estos días, se acercan a orar ante él», recuerda Jorge Matas, teniente de Hermano Mayor.
Actualmente, el camarín se encuentra en el centro del Retablo Mayor, detrás de la imagen de san Isidro en la gloria. Integrado en el retablo y situado bajo la imagen del santo, se halla el arca plateada que contiene su cuerpo incorrupto. Esta urna es una reproducción en madera de la original, hecha de plata, que fue destruida durante la guerra. Aquella primitiva arca, donada por los plateros de Madrid, llevaba grabados en uno de sus laterales dos cuartetos de Lope de Vega.
12 DE MAYO, TERCER DÍA DEL QUINARIO.
— Real Congregación de San Isidro de Madrid (@RCSanIsidroMad) May 12, 2025
"San Isidro y el trabajo "
19:15 exposición Santísimo, rezo rosario, lectura milagro y ejercicio del Quinario.
20 h. Misa presidida por Excmo y Rvdmo Sr D Juan Antonio Martínez Camino, ob auxiliar de Madrid.
En la Colegiata de San Isidro. pic.twitter.com/TeatT2vaTZ
El ataúd que reposa en su interior, visible únicamente desde el camarín, fue un regalo de la reina Mariana de Neoburgo en agradecimiento por haber recuperado la salud, y data de 1692. Un poco más abajo, a través de una pequeña ventana, puede contemplarse una arquita roja que guarda los restos de santa María de la Cabeza.
El camarín abre al público los martes y viernes de 18:00 a 20:00 h, y los domingos de 10:00 a 13:00 h. Además, se puede visitar durante el quinario de san Isidro, el triduo de la Santa y, por supuesto, el 15 de mayo. Este lugar es, ante todo, un espacio de silencio y oración, de paz y recogimiento, donde se experimenta la cercanía humana y cristiana de estos santos. A través de su ejemplo sencillo y callado, san Isidro y santa María de la Cabeza siguen evangelizando hoy. El camarín es, en definitiva, un lugar de fe, esperanza y caridad.
San Isidro no es un santo con un perfil limitado de devotos: le veneran todos, desde niños hasta jóvenes y personas mayores. «Es un santo muy cercano —afirma Jorge Matas—, como diría el papa Francisco, un santo de la puerta de al lado». A pesar de haber vivido hace más de ochocientos años, su figura sigue siendo hoy un modelo de vida cristiana, especialmente para los laicos. En él se reconoce el ejemplo de un padre de familia, un esposo fiel y un trabajador asalariado, que vivió su fe en lo cotidiano.
Madrid tiene el inmenso privilegio de custodiar el cuerpo incorrupto de su santo patrono. «Nuestra ciudad posee esa gran joya —destaca Matas—. Por eso, quiero animar a todos los madrileños a que peregrinen hasta este lugar para rezar ante él».
La devoción a san Isidro trasciende fronteras. Personas procedentes de todo el mundo han pasado por su sepulcro: Estados Unidos, Venezuela, Italia, Haití, Reino Unido, Francia, Noruega, Chile, Argentina, Uruguay, Brasil, Canadá, Japón, Perú, Polonia, Panamá... además de numerosos visitantes de distintos puntos de España.
En este sentido, Matas subraya que la Real Colegiata de San Isidro no es un lugar turístico, sino un lugar de fe. «Aquí, la gente viene a rezar al santo».
Caridad
La caridad ha sido siempre un pilar fundamental para la Real, Muy Ilustre y Primitiva Congregación de San Isidro de Naturales de Madrid. «No se puede hablar de san Isidro sin hablar de caridad», afirman desde la institución. Por ello, este año se destinará un 40 % del presupuesto a acciones sociales. «Para nosotros, es esencial la caridad con los más necesitados, porque eso fue precisamente lo que nos enseñó san Isidro», subraya Jorge Matas.
Como es tradición, del 10 al 15 de mayo, durante los días más cercanos a la festividad del santo, la congregación refuerza su compromiso solidario con dos iniciativas muy concretas:
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La tradicional "Operación Kilo", en colaboración con Cáritas de la parroquia de la Colegiata, para recoger alimentos no perecederos destinados a las familias con menos recursos.
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Las "rosquillas solidarias", un pack de seis rosquillas típicas de san Isidro, cuyos beneficios se dedicarán íntegramente a proyectos sociales.
Entre estas iniciativas destaca especialmente el desayuno y almuerzo extraordinario del día 15 de mayo, que permitirá atender a 350 personas sin recursos en el Comedor Ave María.
Hemos organizado hasta el día 15:
— Real Congregación de San Isidro de Madrid (@RCSanIsidroMad) May 11, 2025
"Operación kilo" para de Cáritas Parroquial,
Y como novedad, “las rosquillas solidarias”. pack de 6 rosquillas, (según normativa sanitaria) los beneficios destinados a las obras de acción social de la Congregación.
Contamos con tu ayuda! pic.twitter.com/SxU8LcRGro
Grupos Kenia
«La caridad con los pobres y desfavorecidos ha sido y sigue siendo un pilar fundamental de la Congregación de San Isidro», recuerdan sus miembros. Este compromiso ha estado siempre presente a lo largo de su historia, siguiendo el ejemplo del propio san Isidro Labrador y de santa María de la Cabeza. En el año 2009, la congregación inició un ambicioso proyecto solidario: ayudar a los más pobres entre los pobres, sin dejar de atender también las necesidades cercanas, especialmente en los difíciles tiempos marcados por la crisis económica.
En ese contexto, Luis Manuel Velasco y María Luz Trilla, miembros de la anterior Junta Directiva, conocieron a la madre Magdalena, una religiosa keniata procedente de una pequeña aldea en medio de la sabana africana. Gracias a ella, descubrieron la otra realidad de África, muy distinta a la imagen turística asociada a safaris y naturaleza exótica. Una realidad marcada por la pobreza extrema, la sequía y la lucha diaria por sobrevivir.
La madre Magdalena procede de Machakos-Mbiuni, una región donde la agricultura de subsistencia depende casi por completo de unas lluvias cada vez más escasas. La falta de recursos impide a sus habitantes almacenar alimentos, lo que les deja indefensos ante los ciclos de sequía y hambruna. Allí, más de la mitad de la población vive con menos de un euro al día, sin acceso garantizado a agua potable, atención médica, educación ni una alimentación adecuada.
Conmovidos por esta situación, la congregación decidió actuar. En la aldea de Manyatta, en la parroquia de Mbiuni, diócesis de Machakos (Kenia), fundaron una Hermandad de San Isidro, reconocida por el gobierno del país. Su objetivo: mitigar la hambruna, mejorar la agricultura local mediante el acceso a mejores cultivos y semillas, y, sobre todo, perforar un pozo que hiciera frente a la sequía.
Desde entonces, este proyecto ha sido una expresión concreta de la espiritualidad y misión de san Isidro: una fe que se traduce en obras de caridad y esperanza para los más pobres.