«Al final, peregrinar no es tanto hacia un lugar, sino hacia las personas». Con esta convicción ha vuelto Ana Parra del viaje a Guadalupe organizado por Pastoral Universitaria el último fin de semana de septiembre. El objetivo era, como rezaba la convocatoria, hacer piña entre las capellanías de las universidades y, a juzgar por las impresiones de esta joven estudiante de 3º de Comunicación Audiovisual y Publicidad en el CEU, se ha conseguido.
Ha sido «un grupazo» de 40 jóvenes de Navales, Historia, Farmacia o Enfermería, entre otros, que ya se están organizando para las próximas actividades. «Por ejemplo, en el grupo de whatsapp se comunicó el Bocadillo Solidario de este martes, 1 de octubre, por la noche y nos hemos apuntado unos cuantos». Todo, después de que poco antes de regresar a Madrid, hubiera en Guadalupe una puesta en común de todas las actividades que cada capellanía de la Pastoral Universitaria hace con un llamado a «apoyarnos entre todos».
Abrirse al otro
De su gente de pastoral del CEU no pudo ir nadie, así que Ana se apuntó sola a la peregrinación. «Esto es un planazo, voy la primera», se había dicho a sí misma cuando se enteró de la propuesta. «En realidad ha sido una gran experiencia porque te tienes que abrir para relacionarte». Esto es lo que Ana se ha traído de vuelta a Madrid, que el viaje a Guadalupe es determinante porque «empezar el curso de la mano de la Virgen está muy bien», pero también ha aprendido la importancia de estar abierto al otro, a ver «qué te aporta y qué aportas tú, a escuchar, que es muy importante, a abrir el corazón…».
«Vengo muy marcada por la idea de caminar en la esperanza — concluye la joven — y por lo que nos trasladaron, el abandono en Dios; este curso quiero poderme abandonar en Él».