El curso pastoral ha arrancado ya en la diócesis de Madrid con la reanudación de las actividades parroquiales. Entre ellas, la catequesis, una de las realidades de la vida parroquial que mayor impacto tiene en la comunidad porque afecta no solo a los niños, también a los catequistas y a los padres.
El delegado episcopal de Catequesis, Manuel Bru, explica en este comienzo de curso las grandes novedades que llegan, los momentos más importantes y los desafíos a los que se enfrenta la enseñanza catequética en estos tiempos. Uno «enorme» es abordar el despertar religioso de los niños, en unos tiempos en los que hay quienes llegan a la catequesis sin haber tenido una iniciación cristiana en su casa.
Por eso, el itinerario catequético contempla catequesis para los padres y oratorios básicos para niños, que ya desde los 4 ó 5 años «disfrutan de ellos». Porque, como señala el delegado, «los criterios pedagógicos de la escuela no son lo de la catequesis: las capacidades intelectuales de aprendizaje no tienen nada que ver con las capacidades de hacer experiencia de Dios; esta no depende de su capacidad intelectual, sino que los niños viven con naturalidad lo que llevan dentro».
Bru remacha la idea de que «lo ideal es la complementariedad entre familia y parroquia». Y es cierto que, en global, «cada vez los padres participan más» en las propuestas de caféquesis —una forma de atenderlos mientras sus hijos están en las catequesis— como en las sesiones formales para aquellos que están más alejados. También es frecuente que los hijos sean la puerta de entrada o vuelta de sus padres a la Iglesia, y que estos se involucren en la vida de la parroquia, siendo ellos mismos futuros catequistas o colaborando en otros servicios.
Es cierto, reconoce el delegado, que en general «disminuye el porcentaje de niños que van a catequesis», aunque «tiene su lógica» porque «cada vez es más auténtica la catequesis, y no algo sociológico, el pago del impuesto para poder hacer una fiesta de Primera Comunión». La respuesta mayoritaria de los padres en los últimos años cuando se pregunta por qué llevan a sus hijos a catequesis es porque «queremos lo mejor para nuestros hijos, y sabemos que la catequesis es buena». Es decir, hay menos catecúmenos pero con unos padres que muestran «una conciencia más clara y positiva de lo que supone la catequesis».
Novedades en la formación
Este año llega con novedades para la Delegación de la Catequesis de la diócesis de Madrid. Una de las más significativas es el lanzamiento de una página web específica para alojar todos los materiales de Con Jesús, discípulos en misión, el itinerario de iniciación cristiana de la archidiócesis de Madrid. De esta manera, las búsquedas y el acceso a ellos por parte de los catequistas es mucho más sencillo y ágil. El sitio está ya en abierto y a él se accede desde la propia web de la Delegación de Catequesis.
Otra novedad que se encontrarán los usuarios en la web de la delegación es una nueva sección titulada Aclaraciones sobre la catequesis. Como subraya el delegado, en ella se irán dando respuestas, desde el Magisterio de la Iglesia, a cuestiones que surgen en el día a día de la vida en comunidad. Por ejemplo, ¿molestan los niños en la Eucaristía? o ¿pueden los movimientos desarrollar itinerarios de iniciación cristiana?
Sobre la formación también hay importantes orientaciones nuevas. La más destacada, y pensando «en clave de sinodalidad, buscando proyectos comunes, como quiere el cardenal», es la propuesta de hacer un ciclo de conferencias que no solo estuvieran organizadas por la Delegación de Catequesis, «sino por todos». Así, el ciclo que tradicionalmente se hacía para catequistas en San Juan de la Cruz cada jueves, el Curso Anual de Catequesis, se abre a todos y pasa a llamarse Ciclo de Conferencias para Evangelizadores. De hecho, señala Bru, la formación de identidad del voluntario de Cáritas Diocesana de Madrid acoge como propia este ciclo de conferencias. Este curso, siguiendo el año jubilar, se centrarán en Jesucristo y la esperanza.
Por su parte, el Encuentro Diocesano de Catequistas pasa a celebrarse cada tres años, siguiendo también la invitación del cardenal Cobo de «simplificar encuentros», «evitar duplicidades« y «aglutinar para provocar el encuentro» y la «misión común».
No obstante, los catequistas de la diócesis están convocados, de manera comunitaria, a celebrar el gran Jubileo de 2025. Será con un encuentro en el mes de abril en el Seminario Conciliar de catequistas, junto a adolescentes y profesores, que también contempla la celebración de la Eucaristía en la catedral de la Almudena; y un viaje a Roma en septiembre para participar en el jubileo de los catequistas con el Papa Francisco. De forma simultánea, se celebrará en la catedral de la Almudena, con la intención de hacer una conexión en directo entre los participantes de ambas celebraciones.