El séquito que acompañará a los Reyes Magos desde Casa San Justo hasta la catedral de la Almudena «este año traerá más pajes de servicio y escolta porque saben que hay muchos niños con ilusión de estar con ellos y darles su carta». Nos lo cuenta Ángel Luis Caballero, coordinador de voluntariado de Actos Institucionales de la archidiócesis de Madrid, mientras ultima los preparativos para la cita que Sus Majestades de Oriente tienen el próximo 3 de enero a las 17 horas.

En 2026 la comitiva real llegará a los 60 acompañantes. «Proceden de todas partes de la diócesis y son sobre todo jóvenes», detalla Caballero. Además, cuando los monarcas se apeen de sus coches Toyota y lleguen a la catedral, serán recibidos con trompetas por seis heraldos del Evangelio. Si en la pasada recepción los peregrinos a la catedral fueron 700, en esta «esperamos más». Además, Caballero anima a la participación de las personas sin convicciones religiosas porque «van a ver un ambiente de familia, ilusión y cariño».

Durante la acogida a los monarcas, los pajes y pastores organizarán «actividades y pintacaras» para amenizar la espera de los más pequeños. Y para evitar el frío, los reyes recibirán sus cartas «en una zona noble del presbiterio».

En cuanto a la colaboración con el Ayuntamiento, Caballero recalca que «ellos nos han puesto todo el servicio». Y que si el enero pasado la experiencia ya fue impecable, todavía «vamos a mejor». «Estamos trabajando para que en el futuro haya más iniciativas como estas con el sentido profundo y religioso de la Navidad, que impacta». Algo que, a su juicio, incluso los alejados de la fe prefieren porque «están cansados de tanto consumismo» y el Nacimiento de Jesús «es algo que todo el mundo anhela».

Por tanto, «hemos pensado poner coros en la nave central cantando villancicos», nos cuenta Gabriel Benedicto, vicario episcopal de la Vicaría VI. A lo que se unirá una sencilla adoración del Niño. Y después de que Melchor, Gaspar y Baltasar «dejen sus presentes ante el altar, el cardenal Cobo tomará la palabra» para introducir a los más pequeños —y a los mayores, que buena falta nos hace— en el significado real de estas fiestas.

De vuelta a la cabalgata

Pero esta no es la única apuesta de la archidiócesis. Si el 3 de enero será la tercera vez que se reciba a los Reyes Magos en la catedral, el día 5 será la segunda ocasión en que la Iglesia de Madrid participe oficialmente en la emblemática cabalgata municipal con una carroza propia que muestra el Nacimiento.

«La voluntad del arzobispo es que, al igual que las parroquias están presentes en las cabalgatas de los distritos, la Iglesia se haga presente en la del Ayuntamiento», explica Óscar García Aguado. El vicario episcopal de las Vicarías IV y V recalca que, aunque este evento suceda en la capital, «tiene gran difusión internacional porque se emite por Televisión Española» y se sigue en gran parte del mundo. Además, al presentar de manera orgánica los símbolos cristianos, «no solo es una presencia de la archidiócesis, sino un mensaje evangélico».

Aunque, de momento, lo poco que puede decirse de esta carroza es que «estará entre las primeras posiciones» de la comitiva y que sus artesanos son los mismos que los que han elaborado la del Consistorio, García Aguado sí revela que la cabalgata «tiene como temática común la sabiduría». Al fin y al cabo, los Reyes Magos son grandes eruditos y Jesús, «el maestro de maestros y el sabio de los sabios». Esta idea se representará de manera física en la carroza de la archidiócesis a través de la escultura de una pastorcita que se acerca al portal con la Biblia para que Jesús se la explique. «Nos tiene que enseñar el camino, la verdad y la vida», emplaza García Aguado.

Otra clave que se puede desvelar es que la carroza de la archidiócesis tendrá como paisaje de fondo unas columnas en representación de la filosofía grecorromana y unas pirámides como expresión de la cultura egipcia. Así se subraya que Cristo «es el maestro de todos los pueblos».

Finalmente, García Aguado valora que «a veces hemos tenido navidades con categorías un poco ambiguas y queremos hacer presente lo que es realmente la Navidad: que hay uno que nos quiere. Y tanto nos quiere que se pone en nuestro pellejo. No hay mayor acto de amor que esa encarnación».