Caminar juntas y juntos. Soñar la Iglesia, vivir la misión (Ediciones HOAC, 2023), es el título del libro que se ha presentado el martes por la tarde en el salón de actos del Arzobispado de Madrid, «una obra coral que representa un paso significativo hacia la comprensión y el avance de la sinodalidad en la Iglesia católica». En la presentación han participado Maru Megina, presidenta general de la HOAC; Carmen Picó, licenciada en teología por la Universidad Pontificia Comillas; Pablo Genovés, sacerdote y secretario de la delegación de Pastoral Socialde la archidiócesis de Madrid y Fernando Díaz, sacerdote de la archidiócesis de Sevilla y hasta hace pocos meses consiliario nacional de la HOAC. El diálogo fue moderado por Pili Gallego, responsable de difusión de la organización.
Según explicaba Megina, el motivo de esta edición tiene que ver con el proceso de sinodalidad que vive hoy la Iglesia. «Para la HOAC hablar de Sínodo tiene una especial importancia», decía, por que es una organización que desde los inicios es sinodal, en la que los equipos son una parte fundamental de su organización y trabajo. La presidenta de la organización especializada de la Acción Católica habló de la necesidad que tiene la Iglesia de realizar cambios: una Iglesia profética, abierta y que presente la realidad del mundo sufriente. Además, continúa Megina, la HOAC ha participado de manera activa en las fases diocesanas y nacionales del Sínodo de la Sinodalidad, aportando sus propias opiniones y experiencias. «Creemos que puede ayudar a la Iglesia a abrir procesos y, para nosotros, se puede convertir en un proceso de conversión».
Carmen Picó, autora del capítulo El laicado en una Iglesia sinodal, habla de que la presencia del laicado (mujeres y hombres) tiene que cambiar. Pero que esto supone, también, una corresponsabilidad. «Hay una llamada del Papa Francisco para que el camino sea también personal», razonaba, y que el propio laicado tiene que pedir y asumir las responsabilidades dentro de la Iglesia, un llamado a vivir un «laicado maduro». El Concilio Vaticano II, continúa, abrió un camino, pero todavía hay mucho que hacer.
La teóloga llama también a que el laicado viva su vocación cristiana dentro de la Iglesia, e insta a que los laicos recuperen su conciencia de seguidores de Jesús. También reclama que la Iglesia y su estructura estén «atentos» a lo que el Pueblo de Dios necesita. El papel de la mujer en la Iglesia es otro de los temas por los que la profesora Picó fue preguntada: «tenemos que poner en valor que nuestra experiencia de fe también es válida. Lo demás se encargará el Espíritu de ponerlo en su sitio».
Sentir compasión del herido
El sacerdote Pablo Genovés ha sido preguntado por las dificultades que sufrimos los cristianos a la hora de caminar juntos. «El hecho es que a veces nos pensamos que no leemos el mismo Evangelio», ha reflexionado. El desacuerdo, apuntaba, ha de ser el punto de partida para empezar a caminar en sinodalidad, «donde creo que nos podemos encontrar es que, en la parábola del samaritano, hay uno al que se le removieron las entrañas y sintió compasión del herido».
«Los cristianos del siglo XXI tenemos que hacer un camino de vuelta para volver al origen de lo que significa ser cristiano», opinaba el sacerdote Fernando Díaz, «porque somos hijos de un Dios que nos quiere a todos con la misma dignidad». Y ha afirmado que la sinodalidad se construye desde el mismo derecho a la participación dentro de la Iglesia. La HOAC, incide, tiene experiencia en que cada uno de los miembros son responsables del conjunto de la organización. En ese sentido, el sacerdote cree que la Iglesia tiene que insistir en esa dinámica, en el cuidado de la comunión entre todos los cristianos.