Los más de 3.000 jóvenes de la diócesis de Madrid que acudirán a Roma a finales de julio para participar en el Jubileo de los Jóvenes se las han ingeniado durante todo este curso para sufragarse los gastos de la peregrinación. Entre otros, venta de camisetas, lavado de coches durante las Misas o, como en el caso del grupo de la parroquia Santa Cruz, visitas guiadas por la iglesia con el colofón de la subida a la torre para ver Madrid desde el cielo.
En pleno centro de la ciudad, cuna de devociones intensas en la capital como es la de san Judas Tadeo y guardiana de un lignum crucis que es el segundo más grande de España después del de Santo Toribio de Liébana, la parroquia vio la posibilidad de abrir a todo el que quisiera otro de sus tesoros mucho menos conocido por el público general: sus vistas desde la torre neomudéjar, a una altura de 60 metros.
A lo largo de la subida, los guías hacen varias paradas para que los visitantes puedan admirar desde lo alto la nave de la iglesia con el templete donde se sitúa la reliquia de la santa cruz; una primera terraza desde la que se atisba parte de la belleza que se verá en todo su esplendor ya en lo alto; las campanas, el reloj y el carrillón —que suena todos los días con el himno Victoria tú reinarás, oh Cruz, tú nos salvarás—, y la terraza principal y última.
La idea surgió cuando el grupo de once chavales más el párroco, Alberto Andrés (en la imagen principal, algunos de ellos, con Jorge el segundo por la izquierda), se apuntaron al Jubileo de los jóvenes, en febrero de este año. Viendo los gastos que suponía, «decidimos tomar alternativas», cuenta Jorge, uno de los peregrinos. «Empezamos vendiendo imágenes al final de las Misas, pero vimos que no nos iba a funcionar mucho». Entonces se acordaron de la torre.
Fuegos artificiales de Fin de Año
Jorge es mexicano, tiene 29 años y está en Madrid desde el verano pasado cursando un máster en Ingeniería Aeronáutica en la Universidad Politécnica de Madrid. Pero él ya había venido en 2019 a hacer prácticas profesionales, y fue entonces cuando conoció a Alberto Andrés, con el que siguió manteniendo el contacto.
Al volver en 2024, contactó con él y se integró en el grupo de jóvenes de la parroquia. «Esta Navidad me quedé en España, así que en Fin de Año tuvimos la oportunidad de subir a la torre a ver los fuegos artificiales». Esas vistas «tan impresionantes» fue lo que les llevó en marzo a inaugurar el tour de la parroquia para financiar su peregrinación a Roma para el Jubileo de los Jóvenes.
Empezaron en marzo, anunciándolo en las Misas. Son 260 escalones, avisaban a la gente, pero merecía la pena. Jorge sabía de lo que hablaba porque había visto «la magnitud» de la belleza ahí arriba. Poco a poco se fue conociendo, hasta que el mes pasado, cuenta el joven, «hubo un boom de visitas». Había funcionado el boca a boca y también las redes sociales. En dos fines de semana pasaron de 7 personas a 40. Y el último, han superado los 60 (en la imaegn inferior, dos jóvenes vendiendo entradas).
«La mayoría de la gente termina feliz, no se imaginan que sea tan bonito». Y eso que en la venta de entradas (10 euros), a pesar de que les dicen que es para el Jubileo, algunos preguntan por descuentos, ríe Jorge. Cuando bajan, no lo vuelven a mencionar. «La gente sale contenta, comentando que ha valido la pena». Los felicitan por una iniciativa que tiene la finalidad de que «muchos jóvenes puedan asistir al evento tan valioso que va a ser el Jubileo en Roma», como decía una de las visitantes.
El perfil es muy variado y, aunque preguntan más las personas mayores, también ha habido jóvenes y familias. El único requisito es que lleven a los niños pequeños en brazos.
Las visitas a la torre se podrán hacer hasta este próximo finde semana, sábado 26 de julio y domingo 27 de julio, en horario de mañana y de tarde: a las 12:00 y a las 18:30 horas. Por el momento, han recaudado el 85 % de lo que necesitan para peregrinar a Roma, así que este fin de semana, los jóvenes esperan rematar.
«Estoy muy emocionado»
«Igual continuamos después del jubileo», desliza Jorge, porque han visto que funciona, que a la gente le gusta e incluso algunos lo verbalizan para volver ellos mismo o decírselo a sus conocidos.
El grupo partirá a Roma el miércoles 30 de julio integrados en la peregrinación de la Delegación Episcopal de Jóvenes de la diócesis de Madrid (en la imagen inferior, bandera que llevarán). Para Jorge será su primer evento junto a jóvenes católicos de esta magnitud. «Estoy muy emocionado», reconoce. Más allá de estar cerca del Papa —que también, porque se emociona solo de pensar que lo puede ver pasar junto a ellos—, «es estar conviviendo con muchos jóvenes». Es una manera de «conocernos y evangelizarnos», y «creo que para mi vida espiritual va a ser muy bueno», concluye.