Ha sido una petición generalizada. Si el año de la pandemia, todos los niños se acordaban de las víctimas del COVID, este han sido los de la DANA los que ocupan el corazón de los más pequeños que se acercaban en la mañana de este jueves, 7 de noviembre, a llevarle flores a la Virgen de la Almudena. «Que cuide a los enfermos, a mi familia y, sobre todo, a los de la DANA», «le pido por los de Valencia»… y así, uno tras otro, tanto, que se pisan, «¡es lo mismo que iba a decir yo!».
Son Paula, Dylan, Celia, David, Adriana… Algunos ya venían muy sensibilizados. En el Colegio Everest, por ejemplo, esta semana han celebrado una Eucaristía en memoria de las víctimas «de la catástrofe», en palabras del pequeño Gonzalo. Saben muy bien, como les decía Jorge Ranninger, sacerdote que les acompañaba, que «no solo hay que ayudar materialmente, también espiritualmente».
También en el centro se han preparado para esta visita a la Almudena, que tiene una presencia destacadísima en la vida de los alumnos. «Ellos aprenden que tienen una Madre en el cielo que los cuida y los acompaña», explica el sacerdote, algo que a los padres les encanta. Así nos lo hacen saber algunas de las madres que han acompañado a los pequeños a la catedral y también la pequeña Mariana, de 7 años, que la ha visto este día «muy guapa». Y añade, con sencillez: «Yo tengo un rincón donde dejo cosas de Vírgenes y del Niño Jesús y todas las noches me da mucha alegría rezarle».
Como Mariana, son miles de pequeños —hasta 10.000 calcula la organización— los que se acercarán este jueves y este viernes con su colegio a honrar a la Virgen de la Almudena, patrona de Madrid, con motivo de su festividad, el próximo sábado, 9 de noviembre. Están perfectamente organizados por cerca de 40 voluntarios del colegio San Bernardo, que a las 8:30 horas ya estaban colocando las vallas en forma de corralitos para que cada colegio se acerque a la Virgen sin perder el orden.
Es ya tradición que esta tarea la asuma este centro diocesano, de modo que los que están ahora siguen el ejemplo de sus mayores. Así le ha pasado a Guillermo, de 1º de Bachillerato, que reconoce que «es guay», él que lleva yendo desde Infantil a la Almudena y viendo a sus compañeros de voluntarios.
Ramos de flores, escudos del colegio...
Cada colegio decide cómo hacen la ofrenda. Hay quienes, como los niños de Retamar, han hecho el escudo de su centro con bolitas de papel pinocho, 4.000 nos detalla Manuel, que cursa tercero de Primaria. Además, le llevan a la Virgen un tarjetón hecho por cada uno con una poesía y le van a pedir por «todos los niños del cole, por las familias, por la paz, por el Papa… ». O, como Martín, «por mi hermano nuevo que acaba de nacer, que se llama Tomás». Y le regalarán a la patrona de Madrid el canto de la salve.
Es el segundo año consecutivo que este centro de Pozuelo acude a la ofrenda; el año pasado lo hicieron por primera vez coincidiendo con su 75 aniversario. Precisamente 75 años cumple este curso el colegio San Pedro Apóstol, en Barajas, que acude a la ofrenda con un nutrido grupo de alumnos. Son los alumnos de 4º de Primaria, los que van a hacer la Primera Comunión este año, y los de 4º de la ESO. Jaime y Guillermo son de estos últimos; adolescentes en su máxima expresión, esquivan de inicio el motivo profundo por el que están en la explanada de la Almudena, aunque al final Jaime desliza que lo que le gustaría pedirle a la Virgen es que le vaya bien con su novia. También tienen claro que el padre Laurant, su sacerdote, «es muy top», y que su colegio les gusta mucho, más desde que se han unificado todos los cursos en un solo edificio nuevo y están todos juntos.
Hay otros colegios en los que cada niño lleva sus propias flores. A Aitana, del María Inmaculada —primer año que participa en la ofrenda floral de colegios—, el suyo se lo ha preparado su abuelo, Dionisio. Ella también lleva una petición en el corazón, «por la paz en el mundo, porque hay mucha gente que se muere mucho»; afirma que la Virgen es «muy chula» y le ha sorprendido la representación de la muralla en la que se ha colocado para la ofrenda.
Lo mismo que a Aitana les ha pasado con la muralla a los niños del colegio San Ramón y San Antonio, un total de 80 alumnos de 3º y 4º de Primaria. Ellos, como cuenta su profesora Mati, han conocido en clase por qué la Virgen se llama Almudena y, al ver la muralla, les ha hecho «mucha ilusión». Además, están viviendo la jornada en clave de peregrinación porque su sacerdote, Chema Gutiérrez, les ha dado una bendición y han ido preparando todos juntos las peticiones que le van a hacer a la Virgen. «Están todos como locos por decir algo».