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Sábado, 08 julio 2023 13:32

Madrid ya tiene nuevo arzobispo

Madrid ya tiene nuevo arzobispo

La catedral de Santa María la Real de la Almudena ha acogido este sábado 8 de julio la multitudinaria Eucaristía con la que monseñor José Cobo ha dado inicio a su ministerio pastoral como arzobispo de Madrid. Una solemne celebración en la que ha estado acompañado por sus familiares y amigos, y en la que no ha querido que faltaran representantes de su nueva familia: sacerdotes, consagrados, religiosos y laicos. Y es que, al preparar esta ceremonia, ha dejado muy claro que todos ellos tenían que tener cabida en la misma, reservando un lugar especial para los más vulnerables. Así, medio centenar de personas pertenecientes a la Pastoral del Sordo, a la Mesa de la Discapacidad, inmigrantes y sin techo han ocupado un sitio preferente en el templo catedral, en el que también han estado presentes autoridades y personalidades de la vida política -Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, alcalde de la ciudad, y Francisco Martín Aguirre, delegado del Gobierno, entre otros-, social, cultural y judicial madrileña.

DetalleAutoridades

También han sido numerosos los hermanos obispos -un total de 60- así como los sacerdotes -más de 350 concelebrando-, miembros de la vida consagrada y laicos los que han querido estar junto al ya arzobispo metropolitano en esta Misa que ha contado con dos rituales de gran significado: la imposición del palio y la toma de posesión de la cátedra.

A su llegada a la puerta principal de la catedral, acompañado por el administrador apostólico, el cardenal Carlos Osoro, y el nuncio de Su Santidad en España, monseñor Bernardito Auza, ha sido acogido por representantes de las Hermandades y Cofradías de la diócesis, y recibido por los obispos auxiliares de Madrid y miembros del cabildo catedral y del colegio de consultores, a quienes ha sido presentado como su nuevo pastor. Después de venerar el lignum crucis, se ha trasladado a la capilla del Santísimo antes de ir a la sacristía mayor para prepararse para la Eucaristía.

VeneracionLignumCrucis

La procesión de entrada, con los obispos concelebrantes, ha dado inicio a la Misa, que ha estado animada por el Coro Santa María la Real de la Almudena y la Escolanía Virgen de la Almudena.

Una vez en el altar, y tras unas cariñosas palabras del nuncio, que le ha transmitido el saludo del Santo Padre, ha tenido una breve intervención el cardenal Osoro, que ha pedido para el nuevo arzobispo el don de la sabiduría necesario para que, junto «con los sacerdotes, la vida consagrada y los laicos, mantengas viva la fe de la diócesis», siendo «protagonistas de un anuncio creíble del Evangelio. Que el Señor te ayude, que el Espíritu Santo te ilumine y que la Virgen María bajo la advocación de la Almudena te acompañe siempre».

DetalleAlocucionOsoro

Tras la lectura de las letras apostólicas por parte del canciller, Alberto Andrés Domínguez, ha tenido lugar la imposición del palio, ornamento propio de los arzobispos metropolitanos que hace alusión al pastoreo y, en particular, al gesto de llevar la oveja a los hombros, como Jesucristo Buen Pastor, y que significa la comunión con el Papa. A continuación, monseñor Cobo se ha sentado en su cátedra, donde ha recibido el abrazo en comunión del cardenal Osoro y de los obispos de la Provincia Eclesiástica. Además, un grupo de sacerdotes, religiosos y fieles laicos le ha manifestado también su adhesión y obediencia en representación de toda la diócesis.

Después del aplauso de todos los asistentes, ha continuado la Eucaristía, ya presidida por el nuevo arzobispo.

ImagenSede

El Señor es mi pastor, nada me falta

En el rito de conclusión, el ya arzobispo titular ha dirigido unas palabras a sus nuevos diocesanos. Una acción de gracias a Dios en la que, emocionado, ha hecho un rápido repaso por su vida.

«El Señor es mi pastor: este fue el canto de Agustín y Pauli, cuando llegaron a Madrid hace muchos años, dejando su pueblo y adentrándose en una ciudad incierta, desconocida y llena de migrantes como ellos. Venían como tantos, del pueblo a la ciudad con sus hijos pequeños del brazo y con la fe curtida en el corazón. Sin teorías, pero confiados en los caminos que solo el Señor abriría. Te alabamos, Pastor bueno, por cuidarnos con rostro de pueblo, de familia, de abuelos, tíos y sobrinos». Unos años, los setenta, en los que «se abrieron caminos llenos de amigos, de parroquias, de rincones donde no puedo dejar de agradecer que me enseñaste, por ellos, a comenzar a escuchar tu voz presente y actual en medio de tu Pueblo».

DetalleAmigos

«Gracias, ha dicho, a cuantos me iniciasteis a descubrir que Dios habita la ciudad entre búsquedas y muchos procesos. Sois los amigos, sacerdotes y laicos que me habéis traído aquí, a este nuevo comienzo», con una mención especial a Pepe Reyero, «mi director espiritual y amigo desde el seminario que profetizó un día, en su mesa camilla de Carabanchel, que Dios tenía una cruz especial preparada para mí para que fuera más de Él».

La comunidad de Taizé o el obispo de Jaén y los paisanos de su pueblo natal, Sabiote, con su alcalde incluido, han sido citados en un repaso agradecido que le ha llevado a la misma sede en la que hoy se sienta, y donde «hace 29 años me arrodillé para dejar que las manos de don Ángel Suquía me abrazasen para sacar del corazón la promesa de obediencia y respeto. Luego, Señor, tu pastoreo me condujo a postrarme por dos veces en este suelo para que la tierra de Madrid fuese el lugar donde quieres que me enraíce, pisando el polvo de esta ciudad, a ras de tierra, como sacerdote primero y como obispo después, siempre desde el suelo. Hasta hoy».

DetalleFieles

Su listado ha alcanzado al nuncio, a quien ha transmitido la oración y cercanía de la diócesis con el Santo Padre; a los obispos auxiliares de Madrid; al cardenal Rocuo, «que con su ministerio me acompañó en mis años de sacerdote y condujo esta diócesis. Seguiremos caminando»; y al cardenal Osoro, «por su servicio y su amistad, por las tormentas compartidas y por su sacrificio».

También ha trasladado su gratitud a los obispos concelebrantes y a los que no han podido asistir a la celebración, asegurando que «con vosotros, de verdad, es más fácil este camino. Gracias por dejar aquí vuestra voz». Y al presbiterio diocesano, «que me ha moldeado. Somos plurales, es verdad. Dicen que cada cura de Madrid tiende a ser más obispo que cura, pero sois el presbiterio generoso, trabajador y perseverante que me ha sostenido como compañero y que hoy abraza a quien solo aspira a servir, educar y celebrar con Cristo».

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El seminario, la vida consagrada, los pobres y amigos, los miembros de las iglesias hermanas y de otras confesiones presentes, los de las comunidades islámicas, las autoridades asistentes, o quienes trabajan por y para la Iglesia diocesana… han formado parte de su plegaria oracional, que ha concluido manifestando: «Gracias, Señor, por esta diócesis de Madrid. Por los que están y por los que vendrán».

Tras impartir la bendición final, y mientras se cantaba el himno a la patrona, monseñor José Cobo ha subido a su altar para venerar la imagen de la Virgen, acompañado por los dos arzobispos eméritos de Madrid.

DetalleVirgen

Por último, el arzobispo ha recorrido la catedral para saludar personalmente a cada uno de los fieles presentes.

 

 

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