La delegada de Pastoral Penitenciaria, María Yela, recuerda que el Evangelio nos invita a visitar a quienes están en prisión, porque lo que hacemos por ellos lo hacemos también por toda la humanidad. «¿Por qué nos dice esto Jesús? ¿Quizá porque Él mismo estuvo preso?», plantea Yela, que propone detenernos a reflexionar sobre estas palabras en este tiempo de Adviento y Navidad, especialmente porque «hay personas que están viviendo situaciones muy dolorosas en estas fechas».
Durante este Año Jubilar, el centro penitenciario de Soto del Real ha sido, junto con la catedral de la Almudena, el único lugar de la diócesis de Madrid que ha contado con una puerta santa. Fue abierta por el cardenal José Cobo el pasado 27 de diciembre de 2024 en la puerta de acceso al salón de actos, espacio donde cada domingo se celebra la Eucaristía.
Esa puerta santa simbólica de la cárcel de Soto del Real se cerrará el próximo sábado 27 de diciembre, en una celebración navideña que el cardenal José Cobo compartirá con los internos. «Cuando cerremos la puerta santa y concluyamos el Año Jubilar, seguiremos profundizando en todo lo que hemos ido reflexionando, meditando y avanzando a lo largo de este año», subraya Yela.

La delegada recordó también que, en el marco del último Jubileo del Año Santo de la Esperanza celebrado en Roma, tuvo lugar un acontecimiento especialmente significativo: el Jubileo de los Presos, que reunió a más de 6.000 peregrinos de todo el mundo. Entre ellos se encontraban seis internos del centro penitenciario de Soto del Real, que participaron acompañados por su capellán, Paulino Alonso.
En este contexto, María Yela expresa su deseo de que este tiempo de Adviento «nos ayude a acercarnos al nacimiento de Jesús y a darle vida cada día». Asimismo, anima a que este camino interior nos lleve a «ser luz para quienes tenemos a nuestro lado, ayudándoles a crecer, a mejorar y a construir un mundo más justo y en paz». Finalmente, confía en que «estas reflexiones evangélicas nos ayuden a vivir una Navidad más profunda».
