Una veintena de voluntarios de Jóvenes Madrid acompañarán a la carroza con la que, por primera vez, la diócesis tendrá presencia en la Cabalgata de Reyes el día 5 de enero. Entre ellos se encuentra Myriam, recién cumplidos los 19 años. «Creo y espero que se le devuelva el sentido real de la Navidad», señala a pocos días de vestirse de pastorcilla, como el resto de sus compañeros, y recorrer las calles del centro de Madrid junto a la representación de la Sagrada Familia, que será el motivo único y principal de la carroza.
El hecho de ir caminando junto a la estructura, y no encima como en otras carrozas, le permitirá «ver más de cerca a la gente y la ilusión de los niños», esa de la que ella también se está contagiando. «Nunca he sido de pedirles muchas cosas a los Reyes Magos; con los años, menos, y se te va olvidando». Pero a raíz de su participación en la Cabalgata, «este año lo cojo con más ilusión». Tanta, que «he liado a mi hermano» para que también participe. Dijo que sí sin ser muy consciente, pero como le pasa a ella cada vez que se apunta a algo que le proponen desde la Delegación de Jóvenes de Madrid: «Cuando decimos que sí no sabemos bien a qué, pero siempre salimos contentos».
Sus padres, encantados, les han dicho que «os veremos por la tele». Lo que hacía Myriam hasta este año en que no solo verá la Cabalgata de Madrid entera —antes era solo algún momento, y en diferido—, sino que formará parte de ella. Retomará así ese «espíritu de la Navidad» que va desapareciendo, afirma, cuando uno se va haciendo mayor y «vas dejando de lado las cabalgatas». Y, de nuevo, la ilusión, la misma que empezó a cultivar cuando le propusieron participar, a comienzos de este curso, después de llevar un año involucrada en Jóvenes Madrid y haber participado, como evento grande, en el encuentro en Taizé del pasado verano.