Regnum Christi celebró este lunes 3 de noviembre la entrega de sus Galardones Alter Christus durante un acto que, en esta duodécima edición, se desarrolló en Valencia. Hasta allí se desplazó el delegado episcopal de Movilidad Humana de la diócesis de Madrid y uno de los capellanes del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Aluche, Rufino García Antón, en quien había recaído la distinción por su labor en la pastoral social con los más desfavorecidos y los marginados.
«Fue un día muy entrañable», comenta, ya de vuelta en Madrid, y destaca como uno de los momentos más especiales el aplauso «sentido, cerrado y emocionante» que se le dedicó a los más de 50 sacerdotes de las zonas afectadas por la DANA, que este 2025 recibieron un galardón especial.
El delegado asegura que ha recibido este premio con «humildad, de forma agradecida y compartida». Al recogerlo, resonaba en su corazón aquello que se lee en el Evangelio, «siervos inútiles somos, hemos hecho lo que teníamos que hacer».
Agradecía en primer lugar a Dios, «que hace obras grandes en gente pequeña», y compartía el galardón «con todas aquellas personas y colectivos que son 'alter christus' [otros Cristos]» y que responden a Mt 25, 35, «fui forastero y me acogisteis». Pero también con los integrantes de la delegación, de la Mesa por la Hospitalidad y, en definitiva, «con toda la Iglesia de Madrid, con su pastor, el cardenal José Cobo, a la cabeza».
Impulso para seguir trabajando
El premio supone, señala, «un impulso para seguir trabajando en la diócesis» por «acoger, proteger, promover e integrar a los refugiados y migrantes», y un «apoyo a todas las acciones» que se llevan a cabo en este sentido. Le gustaría que «contribuyera a dar visibilidad a la realidad de las personas migrantes y refugiadas, y a valorar lo mucho que nos aportan y enriquecen a la sociedad y a la Iglesia». Asimismo, pone de relieve la riqueza que supone todo aquello «que contribuye a construir puentes y no vallas y muros».
Por último, Rufino García Antón ha subrayado el hecho de que la entrega del premio se enmarca entre dos jubileos especiales en la diócesis de Madrid: el de los Migrantes y Refugiados, celebrado el pasado 5 de octubre, y el de los Pobres, programado para el próximo 16 de noviembre. «Está todo en esta línea de ser peregrinos y misioneros de la esperanza».