Durante el Sábado Santo, la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor meditando su Pasión y Muerte y su descenso a los infiernos – en plural – refiriéndose al lugar de los muertos para mostrar que Jesucristo realmente ha muerto y ha estado entre los muertos. Esperamos también en la oración y en el ayuno la resurrección del Señor.
Este día también se recomienda la celebración del Oficio de Lecturas y de las Laudes con participación del Pueblo, pero si no es posible se puede preparar una celebración de la Palabra o un ejercicio piadoso para conmemorar y para celebrar el misterio que celebramos en este día.
Un día en que también se pueden exponer en la Iglesia, a la veneración de los fieles, la imagen de Cristo crucificado o en el sepulcro o descendiendo al lugar de los muertos ya que ilustran el misterio del Sábado Santo, así como también la imagen de la Santísima Virgen de los Dolores.
