Para la parroquia de San José Obrero (Julio Antonio, 3), este año 2021 que está finalizando ha sido todo un reto, y un salto cuantitativo para la Cáritas parroquial en sus labores sociales y atención a las familias necesitadas del barrio.
A pesar de los efectos negativos de la pandemia que se siguen arrastrando económicamente, las actividades se han mantenido y, en algunos casos, teniendo que ampliar los horarios de atención en Cáritas debido al aumento de las solicitudes. Así las limitaciones y la falta de recursos no han impedido que las familias y cuantos han solicitado ayuda hayan sentido el calor y la esperanza de una fraternal acogida.
Y, para invitar a los hermanos necesitados a la mesa de la cena de Navidad, se han repartido unas cestas (bolsas con alimentos variados) a 80 familias, que han recogido en un tramo horario asignado previamente. Se ha optado por estas citas para evitar que se formen en la calle colas que etiquetan a los hermanos como los pobres del barrio, y eso indigna su condición humana.
Además, han montado un belén parroquial que se podrá visitar hasta la festividad de la Epifanía, el jueves 6 de enero.
Todo ello, respetando las normas establecidas por las autoridades sanitarias para esta situación de pandemia.