Con el lema ‘Un empleo que transforma vidas’, Cáritas Diocesana de Madrid presenta un análisis del camino que recorren las personas y familias en situación de vulnerabilidad, acompañadas por el Servicio Diocesano de Empleo, hasta lograr un trabajo digno que cambie y mejore sus vidas. En este marco se sitúa la Campaña de Empleo 2025, que, como cada año, promueve la Iglesia de Madrid a través de Cáritas Diocesana y que se celebrará en las parroquias este domingo, 18 de mayo.
La campaña apela a la solidaridad de la sociedad para hacer posible empleos con condiciones laborales justas —en salario, horarios y derechos— que permitan a las personas vivir con dignidad, descubrir su vocación y desarrollar plenamente sus capacidades.
«A mí este trabajo me ha cambiado la vida”
Antonia sueña, como el lema de la Campaña de Empleo de Cáritas Madrid, con “Un empleo que transforma vidas”. Y su sueño comienza a hacerse realidad. Gracias a su trabajo en Carifood —la empresa de inserción laboral especializada en catering y colectividades— ha adquirido nuevos conocimientos y habilidades, ha ganado seguridad, autonomía y, sobre todo, esperanza en el futuro.
El día que acudió a los equipos de Servicios Sociales de Cáritas Madrid, Antonia lo expresó con claridad: no buscaba una ayuda económica, sino «un trabajo, sentirme útil y valerme por mí misma». Ese deseo, que también siente como su vocación, es lo que ha transformado su vida.
«En cuanto me preguntaron qué quería hacer y qué sabía hacer, lo tuve claro: yo sé cocinar, y quiero ser cocinera», recuerda. Así comenzó un camino que arrancó en la primera acogida —donde los trabajadores de Cáritas escucharon su historia, valoraron sus necesidades y le orientaron sobre los recursos disponibles—, y que continuó con la formación en hostelería y su actual incorporación a Carifood. Un itinerario que siguen muchas personas en situación de vulnerabilidad que se acercan al Servicio Diocesano de Empleo, y que se sostiene sobre todo en el acompañamiento cercano, personal y humano.
Desde Cáritas Madrid lo resumen así: «Se trata de caminar juntos, de escuchar con el corazón las inquietudes de cada persona y convertirlas en esperanza».
Pero no todo ha sido fácil. Antonia, orgullosa de ser gitana, reconoce que no es sencillo romper ciertos moldes: «En mi situación ha sido complicado querer trabajar fuera de casa siendo mujer, esposa, madre de familia y gitana». A veces, los prejuicios se convierten en barreras. Pero Antonia ha conseguido derribarlas todas. Por eso, dice con una sonrisa, «mi marido y mis hijas están muy orgullosos de mí».