Cerca de dos meses llevan cosiendo un grupo de mujeres de la parroquia San Clemente Romano (Coalición, 17) para que todo esté a punto cuando salgan a escena los actores que dan vida a los protagonistas de la Pasión de Cristo en una Pasión Viviente que se celebra este año por segunda vez.
Y casi desde después de Navidad están ensayando estos mismos actores, con un «guion muy fiel a Evangelio» en los diálogos que se han incorporado al relato, como el de Jesús con Pilatos o el de Jesús con los ladrones. Lo cuenta Juan Peláez, seminarista de quinto curso que completa su formación en la parroquia, y que precisamente subraya esta última escena como una de las novedades. El año pasado, Jesús estaba solo en el Gólgota —el parque que hay junto a la parroquia—, pero este año le acompañarán los dos ladrones.
Toda la parroquia se ha volcado en un evento que significa «hacer pública la fe», como bien presente tiene el párroco, Joaquín Hernández. Así, entre actores, directores, vestuario y escenografía —habrá focos, música, altavoces— hay cerca de 35 personas implicadas. «La preparación está siendo impresionante», reconoce Peláez, involucrado en la organización ya desde el año pasado.
Preparación espiritual
Como la que está haciendo Fernando, el chico que interpretará a Jesús, que es precisamente hermano de Juan. No pertenece a la parroquia, porque se pensó que si lo era, el espectador se podía «salir de la Pasión» y ver más al actor que a Jesucristo.
Fernando está ilusionado, feliz y alegre ante esta oportunidad, explica, aunque también un poco sobrepasado. «Impone porque es muy complicado saber cómo se sentía Jesús, qué pensaba…». Por eso, «sobre todo estoy rezando mucho para que Jesús me transmita esas sensaciones suyas». Y después, ya es cuestión de «invocar al Espíritu Santo y hacerlo lo mejor posible para que llegue a mucha gente». Que es todo el barrio de Villaverde, porque la parroquia está haciendo una especial campaña de difusión entre sus gentes.
Asegura el joven no tener miedo a los momentos más duros de la representación, como la flagelación; lo que verdaderamente le asusta es «no transmitir bien lo que Jesús sentía y decía». Por ejemplo, en la escena de la crucifixión la interpretación «es difícil, ya que hay mucho dolor físico pero, a la vez, Jesús dice cosas muy potentes y solemnes». Y perdona, algo que también le impresiona mucho.
El joven cuenta que se está apoyando también mucho en La Pasión, de Mel Gibson, y cómo toda esta preparación le está sirviendo en su propio recorrido espiritual cuaresmal hacia la Semana Santa. La realidad es que a todos los actores se les ha invitado a que recen con su personaje para poderse ir metiendo en el papel. Como señala el seminarista, los esencial «no es que todo salga perfecto, sino que esto sea una experiencia de Dios para todos».
Una Pasión en dos actos: Jueves Santo y Viernes Santo
La Pasión Viviente de Villaverde, representada en el marco de la Pascua Joven de la parroquia, se desarrollará en dos partes, casi coincidiendo temporalmente con los hechos narrados. La primera, el Jueves Santo, 17 de abril, a las 22:00 horas. Será dentro del templo y contemplará la oración en el huerto, la traición de Judas y el juicio de Caifás.
La segunda parte será el Viernes Santo, 18 de abril, a las 21:30, en el exterior. Empieza con Jesús arrestado llevado a casa de Pilatos, escena seguida de la flagelación, el camino al Calvario con las tres caídas, la crucifixión y el descendimiento y el traslado al sepulcro, con Nicodemo y José de Arimatea.
«La representación será toda en un clima de oración», afirma Peláez. Y también de silencio. Solo se romperá por las narraciones de la voz en off, los pocos diálogos que habrá entre los personajes y las meditaciones que se irán intercalando en las escenas. Por ejemplo, tras la coronación de espinas, o cuando Jesús se encuentra con su Madre, María.
El objetivo final de la Pasión Viviente, resume Peláez, es «que la gente conozca lo más grande que ha pasado en la historia, que es la muerte y Resurrección de Cristo». Por eso, la representación es «un bien para el barrio», concluye.