El acento extremeño del obispo auxiliar de Madrid resonaba en la parroquia de La Paloma, repleta el mediodía de este 15 de agosto de fieles y devotos para honrar a la Virgen de la Paloma. «Feliz día de la Virgen más popular de Madrid. Qué bueno encontrarnos para honrar a la Madre», decía al comenzar la celebracion.
Una Eucaristía en la que ha estado acompañado por los vicarios episcopales de las Vicarías III, Ángel López, VII, Jesús González Alemany, y VI, Gabriel Benedicto, este ultimo también párroco de La Paloma.
Ha querido el obispo auxiliar saludar también a las autoridades civiles, entre ellas la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, el alcalde de la ciudad, José Luis Martínez-Almeida, el Delegado del Gobierno, Francisco Martín, y representantes autonómicos y municipales, como los concejales Rita Maestre y Javier Ortega Smith.
Esperanza, misericordia y fraternidad
La «patrona popular de Madrid», ha subrayado el prelado, es «el ejemplo por excelencia del deseo, búsqueda y cumplimiento de la santa voluntad de Dios». Ya en la homilía, ha presentado a la Virgen de la Paloma como Madre de Esperanza, Madre de Misericordia y Madre de Fraternidad.
Sobre la esperanza, Vicente Martín ha especificado que es activa, no pasiva: «Se trata de vivir desde lo que esperamos». Esperanza en que «nuestros sufrimientos y heridas cicatrizarán a la luz de la Resurreccion». Y ha recordado en este punto que «el Resucitado y su Madre están a nuestro lado».
Es activa también porque implica poner de parte de uno: «Si deseamos que haya paz, generemos ambientes de paz»; si alegria, «seamos portadores de esa alegria y del buen humor». Si una «sociedad más justa, trabajemos juntos» por la «dignidad en el trabajo, los salarios justos, la garantía en el acceso a la vivienda», ha dicho.
María es también Madre de Misericordia. «María canta el estilo de Dios que se caracteriza por la cercanía, la compasión y la ternura». Y Dios se fijó en Ella por su «pequeñez y su humildad». La Virgen, ha continuado el obispo auxiliar, «es la Madre de los pobres, los humildes y los sencillos». Así, «hoy es la fiesta de la misericordia de Dios, la fiesta de los más vulnerables». Y se ha referido también a «los que no cuentan, los enfermos, los que están solos».
La misericordia implica «actitud de compromiso y servicio» por el bien común, ha referido, en «una sociedad con muchas heridas». Y aquí ha destacado el reto de la cultura del encuentro, del respeto al diferente o al que piensa de manera distinta y el de la cultura del cuidado, que habrá que abordar «desde la ecología integral».
Por último, se ha referido a María como Madre de Fraternidad, «ejemplo de comunión». «Nadie se salva solo», ha recordado, «nos salvamos juntos, en comunidad». En un mundo individualista, «la Virgen de la Soledad de la calle Paloma nos ayuda a superar nuestras soledades e individualismos». El obispo auxiliar ha concluido asegurando que «de María aprendemos que no basta con ser vecinos, sino que hemos de reconocernos hermanos».
Veneración popular y procesión
Al concluir la celebración se ha procedido a la tradicional bajada del cuadro de la Virgen por parte del Cuerpo de Bomberos del Ayuntamiento de Madrid, del que es patrona. MIentras se cantaba el himno de la Paloma, los agentes han descendido la imagen hasta colocarla en un lateral del presbiterio, donde ya había decenas de fieles para venerar la imagen.
El cuadro de la Virgen permanecerá expuesto para la veneración popular hasta las 19:00 horas, teniendo en cuenta que a partir de las 18:30 horas ya no se podrán colocar personas en la fila.
A las 19:00 se rezará el rosario y al finalizar, Mª Pepa de Chamberí cantará la Salve a la Virgen y tendrá lugar un homenaje a la patrona.
La procesión dará comienzo a las 19:30 horas. La Virgen saldrá a hombros del templo y será entronizada en su carroza, que será llevada por un grupo de anderos.
El recorrido será el siguiente: Plaza de La Paloma, calle Isabel Tintero, Gran Vía de San Francisco, Puerta de Toledo (los bomberos rendirán homenaje a la Virgen con una exhibición), calle de Toledo, Plaza de la Cebada, Puerta de Moros, Carrera de San Francisco hasta San Francisco el Grande (los castizos rendirán homenaje a la Virgen), calle Calatrava y calle de la Paloma para regresar a la iglesia.
Una vez en el templo, la Virgen será colocada de nuevo por los bomberos en el retablo.