Este sábado 5 de noviembre, en la catedral de Shkodër en el norte de Albania, ha tenido lugar la beatificación de 38 mártires albaneses asesinados entre 1945 y 1974 bajo el régimen comunista que asoló el país.
En 1967, Albania, bajo el régimen del dictador Enver Hoxha, se convirtió oficialmente en el primer país ateo del mundo. Se prohibió toda práctica religiosa. Las iglesias o estaban cerradas o habían sido arrasadas o se habían transformado en edificios públicos. Los sacerdotes habían sido encarcelados, torturados y ejecutados y las comunidades cristianas obligadas a vivir en la clandestinidad. Hoy, después del hundimiento del comunismo en 1991, la libertad religiosa es un hecho en este pequeño país de la costa oriental del Adriático.
El Consejo de Conferencias Episcopales de Europa (CCEE) ha hecho pública una nota en la que reconoce que, para toda la Iglesia europea y sobre todo para la Iglesia en Albania, estos mártires del siglo XX son un modelo de fidelidad a Jesucristo y a su Iglesia. «En los tiempos tan difíciles que caracterizaron el periodo del comunismo ateo en Albania, estos hombres y mujeres de fe permanecieron fieles a Jesucristo ante un régimen que quería excluir la fe de la vida de los ciudadanos. Por su testimonio, el obispo Vincenç Prennushi y sus compañeros han tratado de mantener viva la fe del pueblo albanés, mostrando que el amor a Jesucristo es un modelo de amor a la patria».
El comunicado de los obispos de toda Europa añadía que «el testimonio de todos los que vertieron su sangre sobre la tierra de Albania debe ser un ejemplo de compromiso, hoy y mañana, para las generaciones venideras que quieren construir una Albania que respeta y valora la aportación que las religiones ofrecen al bienestar de la nación».
En su visita a Albania en septiembre de 2014, el papa Francisco rindió un sentido homenaje a la resistencia católica, conmovido por el testimonio de una religiosa y un sacerdote octogenarios que habían sobrevivido a décadas de persecución. De hecho, dejó de lado el discurso que tenía preparado para la ocasión, y dirigió palabras de admiración, además de expresar su consternación por la dureza de la persecución religiosa que sufrió este país.
Entre los beatificados está el arzobispo albanés Vincenç Nikolle Prennushi (1885-1949), torturado bajo el cruel régimen comunista que vivió Albania. Primado del país, Mons. Prennushi rechazó los intentos de Enver Hoxha de crear una Iglesia de Albania separada de Roma. Murió en prisión en 1949, como consecuencia de las torturas. En el grupo de 38 mártires beatificados este sábado también se incluyen otro obispo, monseñor Fran Gjini, así como sacerdotes diocesanos, religiosos franciscanos y jesuitas, un seminarista, un aspirante de 22 años y tres laicos.
En total, recordaba Radio Vaticana, murieron en prisión o fueron ejecutados, en este terrible periodo de dictadura comunista, 7 obispos, 111 sacerdotes, 10 seminaristas y 8 religiosas. Algunos fueron asesinados incluso en 1985.
Los lugares de culto y todo edificio perteneciente a la Iglesia fue expropiado o destruido, de ahí el compromiso de las Obras Misionales Pontificias, con este país mártir, al que ayuda cada año con proyectos y con el sostenimiento económico de sus vocaciones.