Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te quiero. Fue el lema sacerdotal de José Antonio Álvarez, obispo auxiliar de Madrid, fallecido este miércoles, 1 de octubre, día en que la Iglesia celebra a una de sus doctoras, santa Teresita del Niño Jesús. Álvarez eligió esas palabras que Pedro le dijo a Jesús, rendido, abandonado, confiado en Él. Este año, el obispo auxiliar había cumplido sus bodas de plata sacerdotales. Lo celebró junto a todo su curso en Roma, con una Eucaristía solemne y un encuentro con el Papa León XIV.
El obispo auxiliar de Madrid ha entregado su vida al Señor en el Año Jubilar de la Esperanza. Él había asumido su nombramiento como auxiliar como una llamada a «entregar más la vida», dijo entonces. Eligió como lema episcopal el Sígueme que Jesús le dijo a Pedro, como continuidad de su lema sacerdotal.
Ese sígueme, contaba, fue «lo primero que brotó con mayor rapidez», enmarcado en el encuentro de Cristo Resucitado con Pedro en Galilea, cuando este último le confiesa por tres veces su amor —después de haberle negado tres veces en la Pasión— y, a continuación, Jesús le anima a seguirlo.
«Dese ahí acepté esa invitación del Señor» al ministerio episcopal; la vio como una «llamada a fiarme más de Él, a entregar más la vida y que mi vida sea manifestar quién es el Pastor, Jesucristo».
Su escudo completaba el enfoque pastoral del obispo. Una cruz «como centro de nuestra vida, de amor hasta el extremo, de dar la vida para ser Cristo y también pastor, sacerdote»; el Cordero Pascual «signo de Cristo Resucitado, signo de gloria», el mismo Cristo que «nos confía pastorear a sus ovejas»; y la Virgen de la Almudena. Así, la Cruz, la Resurrección y María era hacia donde miraba José Antonio Álvarez, obispo auxiliar de Madrid.