El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha renovado el Voto de la Villa a la Virgen del Almudena este domingo, 9 de noviembre, en su festividad. Durante la Eucaristía, y como ya es tradición desde hace siglos, «el pueblo de Madrid vuelve sus ojos hacia este lugar, hacia la casa de su patrona», ha dicho el alcalde, que ha querido «renovar un año más los sentimientos de piedad filial que hacia su Madre siente la capital de España».
«Desde que se tiene memoria los madrileños han acudido a este lugar para venerar tu memoria, implorar tu socorro y recibir tus consuelo», ha subrayado Martínez-Almeida, quien ha perfilado un Madrid «asombroso» del Siglo de Oro, cuando Felipe IV estableció el Voto hasta «el no menos asombroso de hoy». A lo largo de la historia, la Virgen siempre ha «caminado a nuestro lado; siempre te hemos encontrado mirándonos con amor cuando hemos alzado la mirada a la vieja muralla de Madrid».
Martínez-Almeida ha agradecido a la Almudena su maternal protección, que ha permitido que la ciudad haya crecido «rebasando varias veces sus límites», y también le ha dado las gracias por que «nunca hemos perdido la sonrisa sincera y el abrazo acogedor». También se ha referido a la alegría, esa que el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, ha destacado también en su homilía. «Gracias por no dejarnos perder nunca la alegría, tu que eres Causa de Nuestra Alegría», ha exclamado el alcalde de la ciudad.
Antes de dar paso a las peticiones, ha concluido con un «gracias porque Madrid sabe que, en el futuro, siempre contaremos con tu aliento y amparo, y que —si algún día nos separamos en algo del camino de caridad, justicia y esperanza que nos marcó tu Hijo— contaremos también con tu consejo para recuperar el rumbo».
En el tramo final del voto, le ha pedido por las familias madrileñas, para que «se mantengan unidas y reine en ellas tu paz»; por que libre al pueblo de «disputas estériles»; para que «jamás olvidemos nuestra más grave obligación: la atención a las necesidades de los más débiles»; por el medio rural, y por el Rey Felipe VI. Por último, ha rogado para que «quienes tenemos la responsabilidad de gobernar y a mí el primero, nos recordéis, especialmente en estos tiempos, el valor de la verdad».